Incendios forestales (2 de 2)

Incendios forestales (2 de 2)

ALBERTO RODRÍGUEZ LIRIANO
El fuego ya está, lo más importante ahora es aprender las lecciones que nos ayuden a prevenir y manejar situaciones similares que puedan presentarse en el futuro, que permitan determinar dónde y en qué hemos fallado, si es que hemos fallado. Estas lecciones, a mi modo de ver son de varios tipos: político-institucionales, administrativas, técnico-profesionales, ecológicas y sociales.

Veamos: a)político-institucionales. La Ley 64-00, creada con fines de establecer una estructura administrativa para el manejo y aplicación de las políticas ambientales y de recursos naturales bajo una sola institución, se ha quedado corta en su propósito. Si bien el marco conceptual que justifica dicha ley parece ser teóricamente correcto, en la práctica, hasta prueba en contrario, sus resultados en términos generales, no han sido del todo satisfactorios. b) administrativas: La coordinación interinstitucional aún dentro de la misma institución necesita ser fortalecida para maximizar el uso de los limitados recursos logísticos de que se dispone. c) técnico-profesionales: el manejo de los recursos naturales como herramienta del desarrollo de un país, en pleno siglo XXI no se puede improvisar, los técnicos que ha preparado el país hay que mantenerlo cohesionados, aprovisionados, y con la moral alta para que puedan realizar a cabalidad su función preventiva y tengan capacidad de respuesta rápida ante eventos como el que nos ocupa. Es obvio que ello no ha sido así en la situación presente. d) ecológicas: el o los beneficios ecológicos que podamos obtener después del gran siniestro ecológico que ha azotado las zonas ecológicamente más vulnerables de la cordillera Central, dependerá de la capacidad y voluntad que haya en el país para montar un sin número de investigaciones silviculturales, ecológicas, hidrológicas, y de conservación en general en las cuencas afectadas por el fuego. Y e) sociales: la educación de la población rural a través de los programas de extensión agroforestal deben ser un continuum; de lo contrario tropezaremos de nuevo con la misma piedra.

La prevención debe ocurrir a todos los niveles, pero sobre todo mediante las estructuración de un cuerpo técnico con las herramientas mínimas necesarias para realizar, anualmente, labores de prevención, previo a la estación seca involucrando las comunidades locales y brindando asistencia técnica a tiempo a los pequeños (aunque a veces no tan pequeños) agricultores y ganaderos que utilizan el fuego como herramienta de manejo en sus predios.

Lo anterior es necesario porque los pequeños agricultores y ganaderos seguirán usando fuego en la medida que no dispongan de maquinarias, bueyes ni recursos suficientes para trabajar sus predios. Creer lo contrario sería engañarnos a nosotros mismos.

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