Las regiones limítrofes de Asturias y Cantabria (norte de España) sufren estos días numerosos incendios forestales, buena parte de ellos intencionados y favorecidos por una sequía prolongada y temperaturas más altas de lo normal.
Son “acciones organizadas” con “el objetivo claro de hacer daño, no a montes desatendidos, sino en los mejor gestionados”, los de explotación forestal, denunció ayer el presidente regional de Asturias, Adrián Barbón, que llamó “terroristas” a quienes queman el monte.
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Una treintena de fuegos están activos o en revisión en Asturias; el que más preocupa y concentra mayor esfuerzo de extinción, incluidos medios del Ejército, es uno próximo a la ciudad de Oviedo, la capital de la región.
En Cantabria, los bomberos luchan contra siete incendios, tres de ellos provocados.
Más de 400 personas apoyadas por medios aéreos y terrestres trabajan en esa otra región, que ha registrado unos 49 incendios este mes de abril.