Incentivos industriales

Incentivos industriales

Para que un país pueda progresar necesita que la inversión y el esfuerzo empresarial estén amparados por un ambiente adecuado y reglas de juego que faciliten la gestión. Los incentivos a la industria, aquí y en todas partes, procuran contrarrestar debilidades sistémicas para que la inversión y la productividad alcancen las metas perseguidas. Para resultados óptimos, debe existir un compromiso ético de las partes, la que otorga y la que recibe, para evitar distorsiones.

 El mérito del llamado que hace al empresariado el presidente de la AEIH, Wadi Cano Acra, parece radicar en apuntar hacia el flanco ético de los incentivos industriales para articular una defensa de los mismos, de manera que ni el exceso de demanda del sector empresarial ni la voracidad fiscal oficial pueda desnaturalizar su esencia. Nadie en el  sector empresarial debería demandar más de lo razonable, pero el Estado debe evitar por todos los medios afectar los incentivos como vía fácil de conjurar un déficit fiscal.

La estrategia de las economías más briosas consiste en definir la necesidad y justeza de los incentivos y garantizarlos  sin caer en paternalismos, pero cuidándose de no incurrir en sacrificios fiscales que puedan resultar perjudiciales para la economía en general. Para preservar  ese equilibrio tiene que mediar un compromiso ético de las partes.

Humaredas desde Duquesa

Desde sectores de Santo Domingo Norte cercanos al vertedero de Duquesa, nos llega la queja de que el humo por la quema de basura está amenazando la salud de las familias que viven en esos sectores.

Según la denuncia, la quema de desperdicios se produce en horas de la noche y la humareda está poniendo en riesgo la salud de las familias.

Si está ocurriendo lo que se denuncia, entonces Duquesa ha dejado de operar como relleno sanitario y está volviendo a la condición de mero depósito de basura para quemar.

No quisiéramos pensar en una repetición de la situación de años atrás, cuando el humo de Duquesa le fastidiaba la vida a miles de familias distantes muchos kilómetros a la redonda. Las autoridades están en el deber de resolver este problema, antes de que vuelva a cobrar las dimensiones que tuvo alguna vez.

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