Como un “balde de agua fría” ha caído el triunfo del “No” en el plebiscito del domingo pasado sobre el acuerdo de paz firmado entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Para la consulta estaban habilitados 34.9 millones de colombianos (Colombia tiene actualmente una población de 47 millones de habitantes), pero la participación no era obligatoria y solo votó un 37% de esta población, según estimaciones. La abstención rondó por el 63%. En la jornada, el “No” logró el 50.21% de los sufragios, y el “Sí”, un 49.78%. El plebiscito, que se creía era un simple protocolo, ha aguado la fiesta por la paz, y ha mostrado una Colombia dividida, y ahora minada por la incertidumbre.
¿Qué quieren los partidarios del “No”?.- El acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC se firmó el 26 de septiembre en la ciudad de Cartagena. Al acto asistieron el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, el rey emérito Juan Carlos de España, varios presidentes latinoamericanos y representantes europeos. Hasta ahí todo ha sido bonito, pero, al parecer, hay temas que han dado fuerzas a los partidarios del “No”, cuya cabeza más visible es la del expresidente y senador Álvaro Uribe. Un primer punto criticado por la gente de Uribe es que el pacto otorga “impunidad total” y “elegibilidad política” a guerrilleros ligados a delitos.
Santos, Nobel de la Paz.- Uribe también llamó a aclarar el caso de los secuestrados y los cientos de niños reclutados por la guerrilla, y alertó de que el pacto puede alimentar el “castrochavismo” en Colombia. Tras la derrota en la consulta, la reacción de Santos ha sido enérgica: convocó una reunión con Uribe y el también expresidente colombiano Andrés Pastrana, quien también apoya el “No”, creó una comisión para destrabar el proceso de paz, despachó una misión hacia La Habana para retomar el diálogo y extendió hasta el 31 de este mes el cese al fuego con las FARC. Este viernes, Santos recibió el Premio Nobel de la Paz, galardón que corona sus esfuerzos, y lo compromete más a consolidar la paz que los colombianos se merecen.