GAZA (AFP).- La incertitumbre reinaba este domingo sobre la próxima celebración de la cumbre entre el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente palestino, Mahmud Abas, después de una segunda reunión destinada a preparar este encuentro, que se terminó sin acuerdo definitivo sobre la fecha. «La reunión se acabó. Continuaremos nuestras discusiones mañana (lunes)», informó Erakat tras su reunión en Tel Aviv con Dov Weisglass, principal consejero de Sharon.

   «Nos pusimos de acuerdo sobre ciertos puntos, pero hay otros sobre los que todavía tenemos divergencias», añadió sin otro detalle.

   Israelíes y palestinos mantuvieron una primera reunión preparatoria el viernes. Ambos encuentros debían decidir principalmente el orden del día de la cumbre y fijar la fecha.

   El sábado, una fuente gubernamental israelí había explicado que la cumbre Sharon-Abas se celebraría, «en principio», el martes 11 de octubre en la residencia de Sharon en Jerusalén.

   Jordanía había anunciado, el miércoles, esta cumbre para el 11 de octubre, después de la intermediación del rey Abdalá II entre las dos partes.

   En la reunión semanal del gabinete israelí, Sharon no dio seguridades sobre la celebración de esta reunión con Abas, informaron los medios israelíes.

   «La celebración de encuentros es importante, pero no se va a ellos sin la preparación suficiente», declaró.

   La negativa el sábado, en Gaza, de ocho grupos palestinos reunidos en un colectivo de deponer las armas y su intención de seguir con la lucha contra la ocupación israelí ya supuso un contratiempo en las negociaciones.

   «Dejar las armas sería hacerle el juego al enemigo y toda tentativa de desarmarnos enfrentará una fuerte resistencia», indicaron los grupos, entre los cuales se encuentran las Brigadas Ezedin Al Qasam y las Brigadas Al Qods, los brazos militares de los movimientos radicales islamistas Hamas y Yihad Islámica.

   Estos grupos no han cuestionado la tregua que prometieron mantener en marzo hasta las elecciones legislativas palestinas del 25 de enero y en las que debe participar el Hamas.

   Su actitud pone en relieve la debilidad de la Autoridad Palestina, que quiere tener el monopolio de las armas para poner fin a la anarquía que reina en los territorios bajo su control.

   Las dificultades de Abas, que el 20 de octubre estará en la Casa Blanca, son muy serias, pues Israel condiciona todo progreso en la aplicación de la Hoja de Ruta al desmantelamiento previo de los grupos palestinos.

   Este plan internacional de paz prevé sobre todo el fin de la violencia, el congelamiento de la colonización israelí y la creación de un Estado palestino.

   En conferencia de prensa, Abas indicó que «cuestiones urgentes y sensibles deben ser abordadas en la cumbre», sobre todo la liberación de prisioneros, la retirada de las tropas israelíes de las ciudades palestinas y el retorno de los palestinos expulsados.

   Los dirigentes israelíes se declararon dispuestos a tener «gestos» para reforzar a Abas, sobre todo en la liberación de prisioneros y el levantamiento de los retenes en las rutas de Cisjordania.

   El ejército hebreo anunció este mismo domingo la reapertura del terminal de Karni, principal punto de paso de las mercancías entre la franja de Gaza e Israel, cerrado desde el 24 de septiembre.

   Por otra parte, Sharon debía fijar su posición sobre el dispositivo que desea instalar en la localidad de Rafah, fronteriza entre Egipto y la franja de Gaza.

   Durante los preparativos de la cumbre, las dos partes acordaron reactivar las comisiones mixtas para la seguridad, economía y lucha contra la incitación a la violencia.

   Sobre el terreno, un activista de las Brigadas de los Mártires de al Aqsa, grupo armado próximo al Fatah de Abas, resultó muerto en un tiroteo con el ejército israelí cerca de Naplusa, en Cisjordania.