Incertidumbre y regocijo se siente en la Barquita Norte

Incertidumbre y regocijo se siente en la Barquita Norte

Regocijo e incertidumbre son dos sentimientos que se perciben en la Barquita Norte luego de que el presidente Danilo Medina anunciara en la inauguración del proyecto habitacional la Nueva Barquita, que 98 familias de esa zona serían también reubicadas.
El señor Víctor Encarnación es uno de esos que aún no sabe, si a pesar de vivir a muy pocos metros del río será beneficiado con uno de los apartamentos del complejo, porque se resistieron a censarlo, según él.
Dice que la encargada de hacer el levantamiento en esa zona se opuso a incluirlo en la lista porque la casa, a pesar de estar en la línea de las que serán trasladados, era utilizada por este para un negocio. Aunque el residía en otra vivienda más cercana al río, pero esta es de su hermana.
Se opone a que familias que residen en casas más retiradas de la ribera sí sean beneficias.
El disgusto de Encarnación contrasta con la alegría rebosante del Salvador Portes, quien dice había perdido un poco las esperanzas al ver que el proyecto no abarcaba la zona donde aún reside, aunque en su zona son igual de perjudicados cuando el río crece.
Salvador y su familia viven desde el 90 en la Barquita Norte y desde entonces nada en la casa le ha perdurado porque las aguas del Ozama lo deterioran. Por vivir a muy escasos metros del río es un seguro beneficiario de los 98 que anunció Medina.
Los moradores de la Barquita Norte fueron censados hace varios meses sin que estos se dieran cuenta mientras hacían un levantamiento de las familias sobre el virus zika.
Caseros presionan. Tras la grata noticia para algunos, han surgido presiones de arrendadores contra inquilinos que podrían ir a la Nueva Barquita.
La señora Ana Irma de León es una de las que fue advertida por el dueño de la casa que vive hace más de cinco años, a que saliera de la misma porque entiende es a él que le corresponde el apartamento que le otorgará el gobierno.
De León cuenta que llegó a esa casa en el 2010, luego de que el médico de su nieto cuadrapléjico le recomendara abandonar su vivienda que tenía debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez. Era de madera y la humedad del entorno era perjudicial para su pariente minusválido.
Aunque fue registrada no sabe si recibirá el nuevo techo, pero espera que su nieto Marcos de León quien resultó inválido al lanzarse a una piscina vacía, si pueda tener un techo seguro. El joven de 25 años debe ser socorrido cuando el agua del río sube.

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