POR DIEGO PESQUEIRA
El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, recriminó ayer, en estrado, a uno de los abogados del diputado Guillermo Radhamés Ramos García, quien pretendía, según entendió el magistrado, exponer por largo tiempo sin formular ninguna pregunta a su defendido.

El pleno de la Suprema Corte aplazó la continuación del proceso para el próximo martes 1 de marzo.

Subero Isa pidió al abogado Francisco Hernández, compañero de bancada de Artagnán Pérez Méndez, que formulara las preguntas de manera concreta y que dejará de exponer.

Este pedido del magistrado Subero Isa molestó a Hernández, quien le reclamó que lo mismo debió hacerse con los representantes del Ministerio Público, porque duraron más de una hora haciendo exposiciones mientras interrogaban a Ramos García.

Fue ante este cuestionamiento que Subero Isa dio un malletazo y le advirtió al abogado Hernández que podía hacer uso de las medidas que las leyes ponen en sus manos.

Pero Hernández ripostó diciendo que no se callaría y que haría exactamente lo mismo que el Ministerio Público.

«Abogado, usted necesita más comedimiento y más moderación», le observó Subero Isa a Hernández y éste de inmediato le respondió: «Y usted necesita ser correcto y voy a decir todo lo que yo quiero decir, porque yo sí he sudado la toga en este país, más que usted».

Ante esta respuesta, el magistrado Subero Isa le dijo: «Eso no es verdad, que usted haya sudado la toga más que yo».

Entonces, los magistrados Julio Ibarra Ríos, Luperón Vásquez y Margarita Esmurdoc le llamaron la atención a Hernández para que no se expresara de manera airada contra el magistrado Subero Isa.

También intervino el abogado Pérez Méndez, quien calmó a su compañero de bancada y a la vez le dijo a Subero Isa que entendía que su compañero tenía la razón y que estaba violando el derecho de defensa de su cliente, y se dio por terminado el incidente. 

RAMOS GARCIA

El diputado Ramos García también desesperó a los magistrados con una larga intervención en la que relató con punto y coma, su versión de los hechos.

Incluso, el magistrado Subero Isa le recomendó «guardar energía» para cuando le corresponda responder a las preguntas del Ministerio Público y de sus propios abogados.

«Yo estoy en capacidad de hablar durante todo el día, porque estoy protegido por Dios», respondió el legislador.

Añadió que no tenía conocimiento de que hubiera cometido algún delito, sino que, por el contrario, «hizo una obra de bien» en favor de unos turistas chinos.

Alegó que por ser una persona humanitaria fue que pagó con su tarjeta, la habitación del hotel donde amanecieron los orientales en la ciudad de Santiago, pero aclaró que ese dinero le fue devuelto.

«Hice el pago porque en el hotel no aceptaban dólares y los chinos tenían dinero en otra moneda», precisó.

Se desligó de cualquier transacción que tuviera que ver con tráfico de seres humanos.

ACUSACION

Ramos García es procesado por el alegado tráfico de 16 orientales a través de la frontera, cuando era el cónsul de Cap Haitian (Cabo Haitiano), Haití, en junio del 2002.

Durante la instrumentación del caso fueron deportados 14 chinos y se dejó en el país a los orientales Chen Ngom Chai y Ng Choon Seng, quienes fueron sometidos como cómplices de Ramos García.

En la audiencia del pasado lunes, la Suprema Corte de Justicia acogió como válidos los interrogatorios practicados en inglés, el 16 de junio del 2002, a los orientales Ngow Chai y Choon Seng, hechos por una jueza de instrucción de Dajabón.

El alto tribunal aceptó los interrogatorios, porque los chinos respondieron coherentemente a las preguntas y posteriormente lo firmaron.

La Suprema Corte dictó mandamiento de prisión contra Ramos García en el 2003, pero su condición de legislador le otorga inmunidad parlamentaria.

No obstante, Ng Chai y Choon Seng se encuentran en libertad bajo fianza otorgada por la Suprema Corte, luego de más de un año tras las rejas.