Desde algunos partidos políticos brota la siembra de vientos para futuras tempestades. Se las lucen como aves agoreras que abonan terreno para soliviantar masas. Lo que más detonantes aporta para la convulsión es el triunfalismo al que todos recurren con pregones indefectibles. En la medida en que cala la supuesta certeza de éxito en muchos partidarios de reacción primaria que pueblan barrios, menos capacidad mostrarían los exaltables para aceptar un fracaso y solo hay una Presidencia en juego. Todos no podrían ser. Se diría que es obligación de campaña fomentar el optimismo confiando exageradamente en que una parte del electorado tiende a votar por quienes suponen a pie juntillas que ganarán.
Tales convicciones son también una forma de infundir en militancias incendiables otro convencimiento: que les derrotaron porque hubo un fraude que no tolerarían. Pero además echa leña al fuego de las pasiones políticas para condicionar un final electoral de rebeldías el escuchar al poderoso gobierno parcializado y de mecanismos de inteligencia y ejercicio exclusivo de la fuerza anunciando que habría una debacle catapultada por masivos falseamientos para incriminar al oficialismo de comprar votos. Predicción de miedo y espantos que impulsaría a muchas personas preocupadas por la covid19 y el orden público a resguardarse en casa y no votar y a otras a prepararse para ir a la poblada.
La epidemia del trago fácil
Si las autoridades no aplanan a tiempo la curva de los consumos ilícitos y de alta letalidad de bebidas alcohólicas que incluyen el clerén, la predicción de casos luctuosos por esa causa tendría que ser terrible para Navidad, el tiempo de los apogeos de embriaguez. La pandemia tiene acá un aliado no exento de perversidades en la fabricación inapropiada y clandestina de líquidos espirituosos que también cobra vidas. Más de 200 en un par de meses.
Se sabía que el mercado incluye baraturas de mala especie para bebedores de poco poder adquisitivo y de una adicción a tragos que no analiza procedencia. De repente, el consumir con desparpajo suministros de la peor índole se ha convertido en causa importante de mortalidad con evasión impositiva y de control sanitario. Cruces al final de las borracheras.