INCLUSIÓN #MODOCOCO

INCLUSIÓN #MODOCOCO

Reportaje de la Sesión La esquina joven del periódico Hoy, con la joven especial Patricia Ramírez Coco, durante una visita a la redacción al periódico hoy. Foto/ Napoleón Marte 06/08/2019

La discriminación que sufren las personas con capacidades diferentes va desde los grupos humanos, pasando por las oportunidades laborales y escolares e, incluso, la forma en que están construidas las ciudades: sin pensar en ellos.
Sin embargo, existen muchos ejemplos de personas que han sabido superar las adversidades y derrotar las barreras de la discriminación y el aislamiento social.
Patricia Ramírez Coco, es un ejemplo de ello. Para Coco como le dicen popularmente, cruzar la ciudad es un reto diario. En su barrio de Villa Esperanza, en Santo Domingo Norte, no hay calles pavimentadas y pocas aceras; menos todavía con espacio extra o rampas para sillas de ruedas. Pero Coco siempre logra llegar a donde necesita ir.
“¿Qué sería de uno sin metas?” pregunta esta chica de 20 años. “Yo no me detengo por estar en una silla de ruedas”.
Hace 14 años, fue víctima de un golpe por un compañero de escuela que la dejó sin motricidad en sus piernas. Sin embargo, con su silla de ruedas, Coco sabe que no existen límites y ha seguido con sus metas y aspiraciones en su vida.
Está terminando una licenciatura en derecho, en la Universidad del Caribe, trabaja en ARS Palic, es instructora del campamento del Consejo Nacional de Discapacidad (Conadis), juega en un equipo de basquetbol, también es maratonista, se divierte como toda joven a su edad.
Y ahora encamina el proyecto digital “Vida Inclusiva Modo Coco”, donde a través de un canal de Youtube, busca visibilizar la exclusión de personas discapacitadas, las barreras que enfrentan para desarrollarse, así como motivarlos a salir del encierro y vivir plenamente en su contexto.
Su historia de superación. A los seis años de dad, mientras jugaba en el patio de su escuela, recibió un golpe en la columna que rápidamente se convirtió en un tumor y como consecuencia perdió la movilidad de sus piernas.
“Inicialmente los médicos pensaron que tenía el síndrome de Guillain-Barré, poco tiempo después se dieron cuenta que era un tumor en la médula espinal”, cuenta.
Tras una cirugía, varias sesiones de terapias sin éxito, Coco acepto que no volverá a caminar y la silla de ruedas no es un obstáculo para ella cumplir sus sueños.
Portadora de un espíritu alegre y una actitud positiva que contagia Patricia, asegura que nunca ha negociado su felicidad, “yo soy alegre por naturaleza desde niña he sido muy divertida, y lo único que cambió es que no puedo caminar”.
Cuenta que decidió crear este proyecto para empoderar a otras personas en su misma condición y que aprendan a vivir con su discapacidad, “no veo lo que me pasó como una tragedia, ni como una maldición, creo que es un propósito divino y he aprendido a vivir feliz con él ¡si estoy aquí es por un milagro de Dios! Era esto o morir”, asiente.
Rol familiar. Patricia es la mayor de su familia y desde que adquirió esta condición ha contado con el apoyo, no solo económico, si no emocional de sus parientes.
“Nunca me trataron con compasión, nunca usaron un tratamiento distinto que me hiciera sentir especial. Sí me protegían y me ayudaban pero también me daban la oportunidad de hacer las cosas por mí misma, que no hiciera de mi hogar un escondite”. Más bien siempre se vio motivada a seguir sus estudios, ya que siempre fue una persona capaz y eso lo ha demostrado a lo largo de sus años.

¿Qué le dices otros en tu estado? Que deben empoderarse y darse cuenta de que aunque ya sean una persona “diferente” sigue teniendo los mismos derechos y oportunidades que los demás”.
De igual modo asegura que para que se destierre la discriminación hacia las personas en condiciones diferentes se deben crear las condiciones.
“Es muy frustrante que ni rampa para desplazarnos en las calles haya y eso hace más difícil salir del encierro”, se quejó.

Creación de contenidos. Para su canal “Vida Inclusiva Modo Coco”, ha creado una serie de contenidos con los cuales quiere motivar a que la gente con discapacidad salga del encierro y sensibilizar tanto a las autoridades como a la sociedad, sobre la importancia de crear las condiciones para erradicar la discriminación.
El poder del perdón. “Yo no digo el nombre de la persona que me agredió, no quiero que lo señalen por esto que pudo ser un accidente, lo perdono, no tengo rencor, no podría odiar, mi familia me enseñó solo a amar”.

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