Basado en una encuesta las autoridades monetarias afirmaron, de manera categórica, que de octubre del 2009 a abril del 2010 se crearon 130,440 nuevos empleos; estamos hablando de 725 nuevos empleos todos los días, un éxito que en los Estados Unidos, en Europa ni en ninguna parte del mundo se ha producido. Los que adoptaron las políticas también las juzgan, con el evidente interés de contrarrestar lo que se dice y se siente, que los empleos perdidos en el 2009 aún no se recuperan.

Pero en el caso de que estuvieran en lo cierto, nunca debieron hablar de nuevos empleos, sino de recuperación de una parte de los que se perdieron en el 2009, cuando la economía estuvo en recesión. El problema es que una recuperación del empleo, de la magnitud que mencionan, sería posible solo si aceptan que la economía está saliendo de una fuerte recesión, lo que implicaría contradecirse, porque han dicho que en el 2009 no hubo recesión sino crecimiento de 3.5 por ciento.

En lo que se refiere al 2010, para hablar de empleos debieron tomar en cuenta que el crecimiento esperado de 4 ó 5 por ciento lo explicarían las inversiones en grandes obras públicas, como el Metro, elevados y carreteras, por ejemplo, que se ejecutan con equipos de alta tecnología, que aumentan la productividad, reducen la demanda de trabajadores y la nómina. Como el capital oficial y el aumento de la productividad serían responsables de ese crecimiento, no se puede hablar de creación de empleos, el recurso que abunda en el país no se protegió.

Además, con relación a la tasa de desempleo, existe un serio problema de credibilidad. Pocos creen que vivimos en un país donde en promedio 14,4 personas de cada 100 están desocupadas, porque buscan empleo y no lo encuentran. Los que queremos creerlo nos confundimos cuando pasamos por el Consulado de los Estados Unidos o por el de España y observamos filas de gente mojándose, buscando una visa, razonamos que nadie en su sano juicio intentaría salir de un país donde el desempleo es tan bajo para irse, por ejemplo a España, donde son 20 de 100 los desocupados.

Las autoridades monetarias gestionan los ciclos económicos, alterando la base monetaria (billetes y monedas que circulan más las reservas que tienen los bancos comerciales) influyen para una mejor utilización de la capacidad de producción y recuperar empleos después de la recesión, es lo que han tratado de hacer nuestras autoridades monetarias. Pero una cosa es recuperación de empleos perdidos y otra bien diferente es la creación de nuevas plazas; por eso las estadísticas, que en general son de fácil medición, deben reflejar hechos, evitar incoherencias que podrían invalidarlas y deteriorar la credibilidad. Un ejemplo de lo último fue lo que sucedió con el tema de la pobreza, mientras el estudio del PNUD habla de deterioro, la Representante del organismo, que debió defenderlo, prefirió contradecirlo para ser graciosa con el gobierno. Así no.