Incompatibles
Cuando cupido se equivocó de flecha

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Una de cada dos uniones en América está fallando.Las familias americanas se desmenuzan. La mayoría de los matrimonios se han convertido en disfuncionales, lo que ha hecho que se vea casi «normal», proceder de una familia disfuncional.

Por Anna Jiménez
Entre los principales problemas que enfrentan en la actualidad las familias están la violencia, el desempleo que se asocia también a la pobreza, la falta de establecimiento de límites, la crisis económica y el deterioro de las condiciones materiales de vida de las familias, la desintegración familiar y la pérdida de valores.

Además hoy en día el divorcio se ha convertido  en algo de todos los días o donde un gran número de varones y mujeres prefieren vivir juntos o tener relaciones sexuales sin preocuparse por casarse, lo que provoca que incontables millones de niños se encuentran atrapados en ese caos.

Cuando una familia se desintegra o no cumple las funciones que le corresponde en la satisfacción de las necesidades emocionales de los hijos, en la socialización y formación de la personalidad de sus hijos e hijas, es muy probable que estos niños y niñas sean más vulnerables para el consumo de sustancias psicoactivas, el alcoholismo, el embarazo precoz, la agresividad, la deserción y el fracaso escolar entre otros.

Recientes investigaciones ratifican la importancia de la familia como un factor de protección para los hijos(as) frente al consumo de las drogas, la violencia, la delincuencia, el fracaso escolar y el embarazo precoz, entre otros.

Uno de los propósitos fundamentales de la familia es promover que en armonía, los padres y madres tomen medidas a fin de que cada uno, uno de ellos, o ambos, puedan permanecer más tiempo al lado de sus hijos(as), a fin de satisfacer plenamente las varias necesidades emocionales esenciales que tienen los seres humanos desde recién nacidos, clave para su formación y desarrollo.La familia conforma un espacio de acción en el que se definen las dimensiones más básicas de la seguridad humana, y de integración social de las personas.

Por ello, el lograr promover la estabilidad familiar se convierte en nuestro reto diario. Debemos comprometernos cada uno de nosotros a propiciar las características  necesarias para lograr contrarrestar las amenazas de la vida familiar. Empecemos por expresar el amor a las personas que nos rodean de forma abierta, natural. Que sus hijos vean la expresión de amor entre los padres y los hijos, que en nuestras familias exista el amor incondicional, en donde se permita la libre expresión y se respeten las individualidades y la comunicación sincera sean parte de nuestra convivencia.

Hoy más que nunca necesitamos sentirnos amados, aceptados, y con pertenencia. Para esto es fundamental la aplicación de normas y límites en cada una de nuestras familias. Las parejas deben ponerse de acuerdo con respecto a la crianza de sus hijos, reglas a seguir, consecuencias. Los padres debemos retomar y ejercer el liderazgo en nuestros hogares. Igualmente debemos propiciar la comunicación de nuestros necesidades, sentimientos.

Estamos obligados a dar un giro, a  conocer quienes son la personas que me rodean, lo importante para ellos, lo que les gusta, o les disgusta, conocer a los amigos de mis hijos, afinidades, problemas.

Permitámonos crear espacios para compartir, pues la mejor herencia que podemos dejarle a nuestras familias, es el amor y  el  tiempo que juntos compartamos.

Se conocen, se sienten sumamente atraídos el uno por el otro, gustos en común y conversación interminable, inician una relación, hacen el amor……. y comienza la guerra. Así sucede con algunas parejas más a menudo de lo que usted se imagina. Cuando una liberal se une con un conservador o viceversa, muchos factores entran en juego. Dicen que en la variedad está el gusto, pero cuando se trata de una pareja dispareja, este conocido refrán pierde validez. No es tema reciente, el hecho de que ciertas parejas tengan sus discordias a la hora de intimar, pero para tranquilidad de todos, existen maneras de hacer las paces en el campo de batalla siempre y cuando no sea su caso el que su unión proceda de una mala elección de Cupido a la hora de flecharlo.

Muchas veces, en el tiempo de noviazgo, el velo de la ilusión le puede hacer ver con distorción los colores, no le permite  visualizar con claridad la verdadera personalidad de su «pareja», haciendole vivir un super mal rato – una vez casados- y es cuando se escuchan las frecuentes expresiones: «ajá, ahora me sacó las uñas, él, ella, no era así», pero de lo que usted no se da cuenta es que era exactamente así durante su etapa de conocimiento, es que sencillamente no quiso verlo o se dio a la tarea de disculpar actitudes que en el matrimonio no iba a tolerar.

Pero, volvamos a los casos salvables, los de aquellas parejas que sencillamente enfrentan problemitas con marcha atrás, lean bien los pasos que deben dar y comprométanse a enfrentarlo juntos.

Dar para recibir

En cualquier tipo de convenio es indispensable sacrificar algo para obtener beneficio y mucho más  cuando nos referimos al tema del sexo en pareja. Es decir, si a su pareja no le gusta determinada conducta suya; por ejemplo tener pornografía en casa para entrar en calor, ya sea porque lo considera sucio o va en contra de sus valores, usted puede recurrir a otras opciones para calentar el encuentro, como películas con transfondo erótico tipo “Nueve Semanas y Media” o “Bajos Instintos”, que tienen una trama interesante con una fuerte dosis de erotismo que pueden encender la hoguera. De esta manera, se asegura lograr su objetivo sin mayor discusión. Se trata de ceder un poco y dar sin exigir demasiado, de manera que su pareja se sienta cómoda y a gusto para experimentar.

Cuestión de tiempo

Ante todo tiene que haber disposición y constancia por parte de los dos, pero el tiempo se encargará del resto. Con paciencia y buena comunicación, sobretodo en el tema de las inhibiciones, tabúes y prohibiciones mentales de cada uno, irán poco a poco perfeccionado los encuentros íntimos hasta lograr un balance casi perfecto.

Estableciendo prioridades

 Recuerde establecer sus prioridades, de ninguna manera soy partidaria de promover el divorcio, pero si su «casa» es un infierno de incompatibilidades, donde su pareja no le valora, le humilla constantemente, arremete en su contra, muchas veces como si se tratara de un enemigo, vive recreando eventos del pasado,no cumple sus roles adecuadamente de mamá o papá, piense por un momento en usted y en sus hijos- si ya los tienen- y permitase ofrecerse un ambiente de paz, de equilibrio, hasta de cierta felicidad apartándose de esa situación, decretándo no SER MASOQUISTA en su relación y no suministrar ese modelo equivocado de conducta a quienes lo tienen a usted como modelo a seguir: sus hijos.

 Interiorice estos comentarios, busque ayuda y sea una mujer o un hombre de decisiones acertivas e inteligentes, después de todo es su felicidad la que está en juego.

Hay que negociar

Como en todo aspecto de nuestras vidas, en el amor también es necesario negociar. Si queremos lograr armonía en la intimidad, el primer paso para lograrlo es por medio de una discusión franca y abierta. Cuando la pareja habla del problema, se acerca cada vez más a la solución, pero si por el contrario, se niega a expresar lo que siente cuando hace o deja de hacer, las cosas se complican y lo peor, crean un ambiente negativo y genera mucha insatisfacción.

Una vez delimitado el problema, es posible encontrar una solución intermedia, eso sí, si ambas partes se disponen a ello, porque de lo contrario, se deja de lado el objetivo inicial y más bien uno de los dos termina sometido a los deseos del otro.

Amor propio

Cuando uno de los cónyuges tiene mayores necesidades sexuales que el otro, es importante comentarlo abiertamente. Incluso reírse un poco de la situación ayuda a alivianar la tensión que se pueda generar alrededor del tema; pero sobretodo muy importante, nunca le inhiba o le critique a su pareja la iniciativa de darse placer propio, porque eso además de que permite intimidad personal, ayuda a calmar los ánimos de su pareja fogosa y es una alternativa sana y segura para ambos. De igual manera, ayudar al que se encuentra en situaciones incómodas para intimar es saludable, los ejemplos son muchos y ampliamente conocidos: cremas, masajes, caricias, lenguaje sexy, mensajes románticos, etc.

No importa cuál sea su estrategia personal, considere siempre a su media naranja para que esa lucha no se convierta en guerra, y piense en la recompensa final: un encuentro pasional y maravilloso con la persona que ama.

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