Incompleto fluir de información

Incompleto fluir de información

La prensa dominicana, o buena parte de ella, debería sentirse parcialmente marginada. Han menguado en extremo las ocasionales oportunidades para formular preguntas y obtener respuestas en los niveles más altos y representativos del poder. Tampoco funcionan idealmente los canales y conexiones formales a disposición de los representantes periodísticos. En el siglo de la información y la inter actividad, el periodista dominicano de la cotidianidad choca con muros de silencio y oídos tapiados. La mera nota de prensa antojadiza o rutinaria no propicia un verdadero acceso libre a las fuentes ni a los más importantes centros de toma de decisiones.
Suele dependerse demasiado de informaciones suministradas en función de lo que el emisor oficial decide. En ese contexto se está recurriendo con frecuencia a las redes sociales para exponer ideas sin dar oportunidad a que el comunicador indague con preguntas para enriquecer su trabajo. Lo usual en la democracia es reconocer la importancia y méritos de la comunicación y de la opinión pública en general mediante la institución de la rueda de prensa periódica, preferiblemente semanal, con acceso directo a la máxima autoridad; aparte de que en el discurrir de todo país a veces surge lo imprevisible que crea en los medios de comunicación la necesidad de conocer en lo inmediato los criterios del poder al más elevado nivel. Esto se permite en casi todo el mundo.

Conflictos por los espacios

Contra la salud emocional colectiva y el fluir ordenado de actividades en campos y ciudades gravita en el país la arraigada práctica de la ocupación arbitraria de lugares públicos y privados que en ocasiones además son utilizados de manera irracional y en conflicto con el interés nacional. Desde la invasión de aceras y zonas verdes que genera caos urbano y perjuicios a vecindarios, hasta prácticas productivas e ilegales sobre zonas que deben estar vedadas para proteger el ambiente. El alegato de derecho a ganarse el pan sin respetar reglas se diferenciaría poco de la insistencia en mantener siembras y ganadería en terrenos vedados por su importancia hídrica y forestal. Situar intereses personales por encima de la protección de la vida en común o vitales recursos naturales es inaceptable aun cuando en nuestro medio lo medalaganario tiende a imponerse.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas