Incomunicada por vía terrestre

Incomunicada por vía terrestre

POR MANUEL JIMENEZ
ARENOSO, Villa Riva
– Jesús González llegó descalzo, enlodado y angustiado al refugio de la escuela Salomé Ureña, a la entrada de este municipio, en busca de sus amigos José y Tuna, a quienes busca desesperadamente desde hace tres días.

Sus ojos humedecieron cuando el responsable del albergue, Rafael Arias, un voluntario de la Cruz Roja, le informó que allí no se refugiaba a ninguna persona de La Jagua, una de las comunidades del Bajo Yuna que aún continúa incomunicada por vía terrestre.

“Yo salí en un motor desde mi casa en El Factor, de Nagua, desde hace tres días. Los estoy buscando porque son mis amigos y yo tengo una casa donde alojarlos. Ellos tienen cinco muchachos y he implorado a Dios para que los mantenga con vida”, dijo con impotencia este solidario hombre que daba claras señales de cansancio.

“Hasta La Jagua sólo se llega en bote o en helicóptero, pero la gente que están allí están bien dentro de la situación”, le informó Arias. En la escuela Salomé Ureña están refugiadas 610 personas entre hombres, mujeres y niños cuyas casas hoy se encuentran bajo las aguas en las zonas de Arenoso, Los Platanitos, Palma Sola, El Rancherío, La Reforma, Sabaneta, Los Cacaos y La Barquita.

Pero la desesperación de González por la suerte de sus amigos no es nada comparable con el cuadro dramático que presenten la generalidad de las 610 personas refugiadas en la escuela Salomé Ureña y que fueron evacuadas de sus casas desde el martes de la semana pasada casi con “el agua al cuello”. Abandonaron sus casas para salvar la vida, dejando  toda pertenencia para enfrentar un incierto futuro.

“Yo estoy aquí desde el martes de la semana pasada, no sé qué ha sido de mi casa porque a mi y a mi hijo nos sacaron cuando el agua nos daba a la cintura. Me dicen que la casa esta totalmente bajo las aguas”, relató Enestora de Jesús, una señora con más de 50 años de edad y que no sabe qué suerte han corrido algunos de sus vecinos.

María Eusebia, una discapacitada residente en Sabaneta, dijo que si no las hubieran socorrido “otra hubiese sido mi historia porque el agua entró en un santiamén a mi casa, yo estoy lisiada de esta pierna y no podía moverme ni auxiliar a mi hijo”.

LLEGA AYUDA

La ayuda ha estado fluyendo con normalidad a esta zona, donde un contingente militar comandado por un general de brigada del Ejercito Nacional, auxiliado por voluntarios de la Cruz Roja, se encarga de la distribución de los alimentos y el agua potable, no sÓlo a los refugios en el área, sino hasta las comunidades aisladas del Bajo Yuna.

Tres clínicas móviles han sido instaladas en la parte frontal de la escuela por la SecretarÍa de Salud Pública, donde se presta asistencia médica a los damnificados.

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