Incongruencias del proyecto Cap Cana

Incongruencias del proyecto Cap Cana

Sin lugar a dudas, dentro de la costa este del territorio de la República Dominicana, Cap Cana ocupa un lugar preponderante, no solo por su inigualable belleza, sino por los ingentes recursos económicos y ambientalistas que se han gastado en su consecución.
En nuestros años mozos y cuando la pesca submarina con arpón no se había desarrollado en el país, nosotros pertenecíamos a un equipo, que después de su muerte fue bautizado con el nombre de Tony Barreiro compuesto por Pichi Mella, Jimmy Falzarano, Franklyn Tovar, Blas Domínguez y ocasionalmente Juan Miguel Román y Marcialito Giráldez. Recuerdo que solíamos salir los viernes en la tarde en motocicletas Horex, hasta llegar a la playa de Macao, punto inicial de la jornada.
Macao era y todavía lo es, una playa altamente peligrosa. Solíamos alquilar una yola con su propietario como timonel, el cual se ocupaba de organizar las piezas capturadas. Durante el fin de semana íbamos a nado atravesando Arena Gorda, El Cortecito, Bávaro, Cabeza de Toro, pasando por el faro de Cabo Engaño para penetrar Punta Cana, hasta llegar a Juanillo, hoy Cap Cana. En ese entonces, solo existía un trillo que bordeaba la costa y si llovía, se desataban los demonios por la cantidad de barro y los malos ratos que pasábamos cuando se producía un atasco de lodo y ramos.
Muchas veces pernoctábamos al aire libre, en una enramada levantada por Mr. Bevan, un estadounidense que había sido contratado por la Compañía Constructora Elmursht, para la construcción de un aeropuerto en la zona que, por cuestiones políticas, fue muy pronto abandonado el proyecto. Dormir allí no era placentero, ya que solo teníamos garantizado el techo en caso de lluvia, pero éramos masacrados por los mosquitos y jejenes que allí abundaban en demasía.
Supe del valor de esos terrenos, porque un buen día a finales de los años 60 , en mi condición de Intérprete Judicial, recibí para su traducción oficial, un voluminoso documento, cuyo contenido era un Estudio realizado por las Naciones Unidas (ONU), sobre las playas del litoral Este (Miches-Juanillo) , en donde los expertos que ejecutaron la obra afirmaban, que la arena blanca nacarada de las playas se convertían en terrenos altamente codiciados para futuros desarrollos turísticos. Fueron profetas, ya que hoy día hay construidas más de 50,000 habitaciones hoteleras.
El aeropuerto Internacional de Punta Cana ha sido el detonante para la expansión del negocio turístico de la zona, que apenas, al inicio de los años 70, solo tenía construido el Club Mediterrané, con una infraestructura muy particular, ya que todavía en el país no se había desarrollado el turismo ecológico y naturista.
A medida que se ha ido desarrollando Punta Cana y se consolidaba su aeropuerto, se inició por parte de la familia Hazoury, socios principales de la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos, el proyecto Cap Cana, el cual comprendía una bien diseñada marina, hoteles y edificios de apartamentos de hasta cuatro pisos para venta al público.
Sin embargo, los desarrolladores no les comunicaron a los adquirientes de los solares y lotes, que iban a explotar una mina para la extracción de agregados, principalmente caliche y ahora, por algunas horas se cierra y el tránsito de vehículos en la principal vía de acceso, debido al uso de explosivos para obtener materiales de base para la construcción de calles, avenidas y carreteras, lo cual ha motivado una permanente protesta de los afectados.
En el ínterin, una gran controversia y hasta demandas legales ha generado la venta del llamado “Farallón Trump”, una elevación rocosa que ha sido financiada por el Banco de Reservas, cuyo atractivo principal es la figura del actual presidente de los Estados Unidos, quien por motivos económicos asoció el nombre de su empresa, lo cual indujo debido a la fama del emprendedor, que muchos alucinados compraran lotes a elevados precios y hoy ante el desistimiento del magnate presidente, han quedado atrapados, con muchos miles y hasta millones de dólares, tanto los compradores como la entidad bancaria que los financiaba.
Ahora surge otro problema al formar los propietarios una sociedad denominada “Asociación de Propietarios de Cap Cana (APROCAP), la cual pretenden los desarrolladores utilizar para el cobro de tarifas y emolumentos generados por circunstancias ajenas a ellos, como es el cobro compulsivo para la limpieza de las algas desprendidas del Mar de los Sargazos, las cuales están capando las orillas de las playas. Los propietarios alegan que es arbitrario el cobro de la tarifa por habitación, ya que se pretende darle el mismo tratamiento a los hoteles y apartamentos al borde de la playa, que lo que están a distancia.
En consecuencia, es de urgencia resolver amistosamente esta controversia que amenaza con romper los lazos de confraternidad existentes antes de la aparición de desagradable y apestoso sargazo.

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