En el Estado operan planes especiales de pensiones que no están en armonía con las normativas establecidas por la Ley 87-01, del Sistema Dominicano de Seguridad Social. Y aunque a las entidades oficiales que tienen esos planes se les dio un plazo de cuatro años para adecuarse a la ley de referencia, esta es la hora que la mayoría no ha hecho los ajustes necesarios. La única explicación de este incumplimiento es el interés por preservar los privilegios que esos sistemas de pensión garantizan.

Es una incongruencia que varias instituciones y entidades del Estado mantengan planes de pensiones que son financiados por el Presupuesto General del Estado pero que no se acojan a las pautas de la ley del Sistema Dominicano de Seguridad Social. El debate de este tema ha tomado nuevo impulso a partir de que varios ejecutivos de organismos del Estado se otorgaran pensiones escandalosas.

Es necesario que exista en el Estado un régimen unificado de pensiones que responda a las pautas de la ley que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social. Las pensiones privilegiadas son perjudiciales para el Estado en términos financieros y crean brechas sociales indeseables. No es posible que se continúe sustentando con las finanzas públicas estos privilegios irritantes. Hay que eliminar las incongruencias que caracterizan esas pensiones.

El agua como un derecho humano

El título de esta nota corresponde al lema adoptado para conmemorar  este año el Día Nacional del Agua, que por decreto está fijado para el primer sábado de octubre cada año. Durante el acto de conmemoración, en el Jardín Botánico, el ministro de Salud planteó la necesidad de mejorar en cantidad y calidad el suministro de agua potable a la población, en razón de que es la principal fuente de prevención de enfermedades. Los trastornos gastrointestinales asociadas a la calidad del agua son la segunda causa de morbilidad en  el país.

Pero además de mejorar el suministro de agua, hay que insistir en educar a la población para que haga un uso cada vez más racional de este líquido. El desperdicio de agua en nuestro país alcanza volúmenes asombrosos, a pesar de que cada día disponemos de menos. En todos los ámbitos y medios hay que enseñar que el agua que desperdiciamos hoy nos faltará mañana.