Increíble pero cierto

Increíble pero cierto

La semana pasada el Banco de Reservas de la República Dominicana, destinatario oficial de los fondos del Estado, celebró una actividad denominada “Expo móvil Banreservas” en donde se ofrecían todo tipo de facilidades e incentivos para que los ciudadanos pudiesen adquirir un vehículo de motor, sea este de lujo o utilitario.

Si bien es cierto que toda persona tiene el derecho de adquirir un vehículo como medio de transporte, la discriminación observada por el Banco de Reservas es a todas luces injusta. Mientras al sector agropecuario productor de los bienes para que haya seguridad alimentaria le prestan, con mucha dificultad y burocracia desde con un 15 a un 25% de interés, para adquirir un automóvil de lujo le prestan si es nuevo, si lo tomas a seis meses al 7.74%, si por el contrario a un año al 8.74%, 2 años 11.74% y tres años al 12.74%. Lo peor del caso es que en estas ofertas se incluyen vehículos usados a un año al 12.74% y los comerciales por un año al 13.74%, además los beneficios colaterales de: Seguro del vehículo con cuota fija durante la vigencia del préstamo; tarjeta de crédito con bono de 500 puntos con el primer consumo; una tarjeta visa flotilla; asistencia de rescate vial 365 y de ñapa un kit de regalo.

Mientras todas estas bondades se le otorgan a sectores improductivos, al sector agropecuario para por ejemplo adquirir un ejemplar vacuno de alta genética la cual produce entre 15 a 25 litros de leche, con un precio de alrededor RD$80,000.00, el productor debe llenar una serie de requisitos que casi son imposibles de cumplir. El banco no toma en cuenta que este animal produce leche para los infantes y cuando termina su ciclo productivo su carne es aprovechada para el consumo humano.
Si se desea adquirir una maquinaria o equipos para ser utilizados en la producción de alimentos, al prestatario se le exige títulos de propiedad como garantía y hasta referencia de comportamiento de préstamos anteriores.

Los bancos hacen estas ferias de automóviles periódicamente para aumentar sus activos y sobre todo para mostrarse generosos con sus clientes. Nada más falso, ya que al menor retraso en los pagos le embargan el vehículo y vuelve al patrimonio del banco. Estas ferias se realizan en fechas específicas, por ejemplo próximo a las Navidades. Como el dominicano es tan presumido, o como vulgarmente se dice “allantoso”, realizan la operación de compra a sabiendas de que no podrá pagar la cuota a la que se obligó, pero mientras tanto, echa el lujo con el vehículo nuevo en Navidad y Año Nuevo.

El negocio redondo del Banco consiste en ejecutar la expropiación del vehículo por falta de pago y retornárselo a la agencia que se prestan a la pantomima de “premiar” a clientes privilegiados en donde la minoría tiene una credibilidad que solo la adquiere en este tipo de feria. Para el Banreservas fue un éxito rotundo ya que en tres días vendió a una suma superior a 6,000 millones de pesos. Este banco, que rehusó prestarme para la adquisición de una secadora de cacao a un interés menor al 18%, no obstante ser cliente por más de 52 años, le prestó sin el menor rubor al narcotraficante español Arturo del Tiempo, 200 millones de dólares para terminar la Torre Atiemar en Santo Domingo. Además no asimiló esta experiencia y se asoció con el desarrollador del proyecto Cap Cana y en un acto de infantilismo deslumbrado por la participación del magnate Donald Trump, le prestó 400 millones para el desarrollo del denominado Farallón Trump y ahí espantó la mula este habilidoso empresario y Banreservas se encuentra entrampado con esa enorme cantidad de millones de dólares. Qué paradoja no hay préstamos blandos y con período de gracia para el sector productor nacional, pero para aventureros extranjeros sí. Vaya complejo de Guacanagarix.

Todas esas absurdidades nos llevan a pensar que estos hechos son posibles de figurar en la famosa columna de Ripley “aunque Ud. no lo crea”.

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