¡Increíble, pero cierto!

¡Increíble, pero cierto!

Como ex embajador en los Estados Unidos de América y desde la década de los 60 conocedor de la evolución y desarrollo de la diáspora dominicana en los Estados Unidos y en Puerto Rico, además de mis vínculos como miembro con el grupo de Semana Dominicana en los Estados Unidos, en diciembre del 2002, publiqué un artículo, en mi columna dominical de este periódico Hoy con el título de «Un Monumento para los Dominicanos en el Exterior» sin encontrar respuesta en ningún sector del país.

La propuesta que lanzamos, en diciembre del pasado año, tenía y tiene como objetivo, levantar un monumento a la salida del aeropuerto internacional de Las Américas José Francisco Peña Gómez en forma de escultura para honrar a todos los dominicanos y dominicanas que han emigrado hacia el extranjero, además de los cientos que han perdido sus vidas en ese intento fallido.

Así cada año, en el mes de diciembre, en el día consagrado a conmemorar al Dominicano Residente en el Exterior, instituido por decreto del Doctor Joaquín Balaguer como reconocimiento y homenaje a la diáspora dominicana, teóricamente sector público, el sector privado, como los partidos políticos, deberían en este mes de diciembre, auspiciar una misa como instituir en esa fecha, depositar en el proyectado monumento y escultura, coronas de flores para honrar a uno de los sectores que con sus remesas de divisas, es uno de los pilares de la economía dominicana como para recordar a los que pagaron con sus vidas, sus sueños de emigrar, en busca de mejores oportunidades de educación y de empleo.

A esa propuesta que lanzamos en diciembre del 2002, la respuesta de todos los sectores del país fue el silencio o la indiferencia con una sola y única excepción, una llamada telefónica del artista plástico Félix Paula, el cual nos comunicó que estaría dispuesto a trabajar en ese monumento y escultura, siempre y cuando alguna institución o empresa, la patrocinase, pero tengo que reconocer que nadie, absolutamente nadie, acogió nuestra propuesta y hay que saber lo que representa el monto de las remesas de los dominicanos residentes en el exterior. Por eso, tengo que decir, increíble, pero cierto!

Parecería que todavía en la República Dominicana, no se valora en toda su magnitud y extraordinario impacto, el aporte al país de los dominicanos residentes en el exterior, su amor como lo expresamos en nuestro artículo de diciembre del 2002 al terruño nativo, a sus familias, a su cultura, a su patria de origen, a su identidad nacional, donde una de cada cuatro familias en el país, sobrevive gracias a esa remesas que recibe de sus familiares en el exterior. Ni hablar de los partidos políticos que tienen, en los dominicanos residentes en el exterior, una de sus fuentes más importantes de financiamiento.

Por haber trabajado diez años como miembro del Comité Ejecutivo de Semana Dominicana en los Estados Unidos y como Ex Embajador de la República Dominicana en los Estados Unidos, contribuyendo a elevar la auto estima de la diáspora nacional, mediante el reconocimiento y exaltación de los dominicanos que se han destacado y triunfando en norteamérica, debo destacar que dicha diáspora, se está organizando para potenciar su voz en defensa de sus intereses.

Ahí están como paradígmas Alianza Dominicana, la Mesa Redonda Nacional Domínico Americana (Round Table) que hoy tiene una representación en Washington; las asociaciones de profesionales dominicanos en diferentes Estados de los Estados Unidos, las Cámaras de Comercio, la Asociación Nacional de Supermercados en New York, donde existen unos 13,000 bodegueros, unos 7,000 de ellos registrados como miembros; asociaciones como Dominicanos en Wall Street, las organizaciones educativas, culturales, deportivas, Dominicanos 2000, donde existe una nueva generación que dice «vivimos para quedarnos» asumiendo como reto de la diáspora un compromiso de participación plena, en la vida de los Estados Unidos y hacerle entender a la República Dominicana, a sus gobernantes y todos los sectores del país, que ellos desean institucionalizar sus relaciones con la nación sobre una base más sólida como lo hicieron, en el pasado las tres íes (irlandeses, italianos e israelitas) con sus respectivos países de origen.

Pero, resulta increíble, pero cierto!, que una propuesta como la que planteamos de levantar un monumento para honrar a los dominicanos residentes en el exterior, recibiera como respuesta el silencio y la indiferencia.

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