Incremento computadoras y celulares en el país da lugar a peligrosa “basura electrónica”

Incremento computadoras y celulares en el país da lugar a peligrosa “basura electrónica”

POR GERMAN MARTE
A medida que se incrementa el uso de computadoras y teléfonos celulares en el país, ha ido surgiendo un nuevo e inquietante problema: la “basura electrónica”, dado que la mayoría de los componentes de estos equipos no son biodegradables y algunos son altamente tóxicos y contaminan el medio ambiente.

El problema se agrava por la entrada masiva de equipos obsoletos, algunos descartados en los países desarrollados, debido a que son de poca capacidad y muchas veces incompatibles con los software (programas) más recientes, lo cual los convierte en muy poco tiempo, en una herramienta desechable. Además, las computadoras son rápidamente superadas por las de última generación. Lo mismo ocurre con los celulares.

Aunque todavía el fenómeno no alcanza niveles tan alarmantes como en Estados Unidos, Europa, India y China, ya en el país es común ver en los vertederos monitores, teclados, mouses, ups y baterías de computadores, con el agravante de que estos desechos no se destruyen fácilmente y todavía no hay una industria del reciclaje capaz de reutilizar buena parte de estos desperdicios.

Incluso, en vertederos como “Duquesa”, en Santo Domingo Norte, hay “buzos” que sólo buscan este tipo de “basura” con la esperanza de reciclar alguna pieza, pero sin ningún criterio, ni conocimiento del peligro que representan productos como el cadmio, níquel, mercurio, bromo, plomo y otros que pueden dañar seriamente la salud de quienes los manipulan. Según los expertos, un televisor o un monitor de computadora tienen hasta dos kilos de óxidos de plomo.

Asimismo, en muchos barrios hay talleres atiborrados de equipos obsoletos e irreparables, mientras los técnicos no saben qué hacer con la creciente cantidad de este tipo de desecho. Y no faltan los colegios y escuelas cuyos laboratorios de informáticas están llenos de equipos de limitada capacidad, y de una vida útil efímera.

Pero el mayor problema lo representan las partes que contienen materiales tóxicos y no bio-degradables, como las baterías de los ordenadores y celulares que tienen cadmio, un metal pesado que en cierta proporción puede ser altamente nocivo para la salud.

La parte negativa de la tecnología preocupa a especialistas como Luis Carvajal, coordinador del equipo ambiental de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, quien advierte que muchos de los equipos de computadoras que se están ofertando en el país han sido descartados en países desarrollados, dado que son obsoletos o que tienen una vida útil corta y que en uno o dos años aumentarán la basura tecnológica.

UN BUEN NEGOCIO

Al margen de las preocupaciones ambientales o tecnológicas, la venta de computadoras usadas o de vida útil limitada se ha convertido en un gran negocio para decenas de empresas que las ofrecen al público como ofertas atractivas, sin advertir a los clientes que se trata de equipos de poca capacidad.

“En el país hay tiendas que se dedican exclusivamente a traer computadoras usadas o que ya están siendo descartadas en Estados Unidos, y luego las ofertan como “especiales” a bajos precios”, expresa César Lara, experto en informática, quien advierte que las únicas que no hacen esto son las grandes distribuidoras representantes de marcas.

Esta es la razón, según Lara, por la cual muchas tiendas publican especiales de computadoras hasta por un tercio del precio de la competencia.

Sugiere que antes de comprar, la gente debe estar consciente del tipo de equipo que va adquirir, pues es posible que le vendan una buena computadora, pero de vida útil limitada y con una garantía de apenas 30 días, mientras los ordenadores nuevos generalmente tienen un año.

Dijo que hay empresas que venden PC desde RD$6 mil, pero se trata de procesadores Pentium II y Pentium III, que ya no son suficientes para los programas más modernos. Se trata de equipos a los que es difícil hacerles mejoras y a veces no tienen repuestos en el mercado y que en poco tiempo irán a incrementar los “desechos electrónicos”.

El precio de un “clon” (equipo con componentes de diferentes marcas) es de aproximadamente RD$15 mil; en tanto que las computadoras de marcas cuestan entre RD$29 y RD$35 mil.

Lara estima que si en verdad el gobierno está interesado en reducir la “brecha digital” debe eliminar los impuestos a los equipos de informática, para que sean más asequibles al público.

Según los datos del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones, apenas el 8.3% de la población dominicana tiene acceso al Internet.

EL LADO OSCURO DE LA TECNOLOGIA

Según el ambientalista Luis Carvajal los materiales de que están hechos muchos de los componentes de las computadoras, como el monitor y las baterías, deben ir a depósitos especiales que no existen en el país o no están organizados.

Precisó que el único depósito “relativamente” especial que hay es el de Sierra Prieta no está previsto para disponer de los metales pesados como el cadmio.

Advirtió que al adquirir equipos que han sido desechados en otras naciones, a la larga el país está “importando pobreza”.

Según Carvajal, con los equipos de informática se da lo mismo que con la importación de vehículos usados y plantas de carbón que el país termina utilizándolos ya cuando han sido descartados en otros países y vienen a formar parte de la basura local.

Adujo que en República Dominicana no se cumplen las regulaciones sobre desechos tóxicos. Y esto pasa con la importación de grandes cantidades de computadoras viejas, ya descartadas en sus países de orígenes que muchas veces las venden barato o las donan a naciones pobres, apurados por deshacerse de la basura electrónica.

Y aunque pueden traerse con el argumento de que se van a reciclar, la ley 218 establece que ningún producto que esté prohibido en su país de origen puede ser importada.

Lo grave no es la gran cantidad de equipos que vienen usados y son vendidos como tales, sino aquellos que han sido descartados y que aquí se colocan como nuevos, aparecen como oportunidades, dijo.

Se trata –según el ambientalista- de un engaño que además de las consecuencias económicas, tiene una consecuencia ambiental porque cuando se importa material con una vida útil más corta, se incrementa el universo de desechos “y termina trasladando el problema de la basura electrónica a nuestra sociedad”.

Sostuvo que unas de las razones que explican el auge de los equipos usados en el país es el carácter marginal de la sociedad.

Consideró que la proliferación de equipos ya descartados lejos de dar una respuesta a la marginación y reducir la brecha digital, la ensancha, porque muchos dominicanos están entrando al mundo de la tecnología a través de aquellas que ya están descartadas, “y están entrando por la puerta de atrás, como el pariente pobre que llega a los desechos de la tecnología y no a sus ventajas”.

 “Mientras una parte de la población (la minoría) está comprando el último procesador de mayor velocidad, con los últimos periféricos que dan respuesta a las demandas últimas, tú estás masificando el acceso a la basura, que queda ya descartada, provocando incluso una mayor incertidumbre y la idea de la infuncionalidad tecnológica”, dijo Carvajal.

Dijo que cuando un padre le compra a un hijo una Pentium II en realidad está comprando, a corto plazo, un problema sin solución, a través de lo que él cree que es la tecnología.

Señaló que mientras los gobiernos hacen “bultos” con la distribución de computadoras, la mayoría de los centros de informática antes de los seis o siete meses ya están descartados, porque cuando comienzan a dañarse e intentan repararlos se encuentran con que tienen “motherboard”  para los cuales ya no vienen periféricos.

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