BRUSELAS. AFP. La justicia belga afila su investigación contra los abusos de pedofilia en la Iglesia católica con el fin de determinar si la cúpula eclesiástica encubrió a sus sacerdotes para evitar el escándalo. Armados con documentos que incluían casi 90 denuncias y testimonios de unas 200 víctimas, la policía federal belga allanó el lunes y martes varias diócesis de distintas ciudades de Bélgica, entre ellas Amberes, Brujas y Gante, para acelerar la investigación.
Estamos ante «una fase clave del Operativo Caliz», explicó la portavoz de la fiscalía, Lieve Pellens, al referirse al nombre que se le dio a la investigación que realiza la justicia belga desde la primavera de 2010 sobre si los más altos cargos de la Iglesia católica estaban al tanto de los abusos y los encubrieron para evitar el escándalo. «Estamos a la búsqueda de pruebas contundentes», añadió.
En un intento de cerrar uno de sus capítulos más oscuros de los últimos años, la Iglesia católica de Bélgica se comprometió a mediados de diciembre a indemnizar a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.