El Presidente Chávez caminaba hacia mi casa y un alambre colgante le golpeó el rostro, se viró y le espetó al amigo González Espinosa esta pregunta: ¿y qué gobierno es éste? ¡Arreglen eso, Espinosa!

Ese cable forma parte de un conjunto caído frente a casa cuando una guagua rompió el poste de luz, hace más de un año.

¿Qué si llamamos a la Compañía de Teléfonos, a Telecable de Tricom, a la Corporación de Electricidad, a Edeeste y a todo el que tiene un cable aéreo con deservicios? Sí. Mil veces.

Tiempo después de cada llamada aparece el representante de uno de esos deservicios quita unos cables, desordena los otros y dice que no son propiedad de su empresa.

Si se reclama por teléfono la falta del servicio, de la televisión por cable o se requiere una información de una oficina del gobierno (y hasta particular) hay que estar confesados y provistos de la paciencia de Job, soportar que la llamada sea transferida de una a otra persona a quien se le repite el objeto de la solicitud y hay que explicar tantas veces como persona levanta el teléfono.

Si se desplaza al banco a realizar una simple operación de depósito o retiro de fondos, cuando al fin  llega a la ventanilla se suspende el fluido eléctrico y simplemente le dicen: no hay servicio, se cayó el sistema (informático); espere o vuelva.

El servicio al cliente funciona luego de que la muchacha le cuenta sus cuitas a la vecina o la otra pronuncia una charla sobre su embarazo.

Una y otra vez entra a mi casa una fase eléctrica acompañada de un alto voltaje y provoca daños en electrodomésticos y en la planta de emergencia.

Cuando se llama a Edeeste siempre hay una explicación en contra del usuario en una demostración de que servicio al cliente es negación de derechos y abuso.

No reclame, ¡carajo! que el cliente nunca tiene la razón.

A cada rato hay personas electrocutadas por un alto voltaje que entra a las casas y sólo hay una explicación: conexiones ilegales. Y ya, “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”.

Ante la muerte de una familia, la semana pasada, la explicación del Vicepresidente de la Corporación Eléctrica Estatal es la de siempre: conexiones ilegales.

¿Hasta cuándo vamos a soportar tanto abuso contra los derechos de consumidores que pagan por el deservicio de empresas que cada día son más ricas? 

A quienes saben leer les pregunto ¿acaso creen que sólo la subida del precio del pan provocó la revolución francesa de 1789?