Indemnizaciones

Indemnizaciones

BRASILIA (AFP).- El canciller brasileño, Celso Amorim, consideró el pasado martes que el decreto de nacionalización de los hidrocarburos bolivianos, aprobado hace una semana por el presidente Evo Morales, no aclara algunas cuestiones y deja la puerta abierta al pago de indemnizaciones.

“El decreto no es en mi opinión totalmente claro”, dijo Amorim, quien citó, entre otras cuestiones sin aclarar, la incidencia que tendrá el documento sobre los contratos de abastecimiento de gas y el eventual derecho de los afectados a reclamar indemnizaciones, entre ellas la estatal brasileña Petrobras.

“En mi lectura, la nacionalización se focaliza en las refinerías”, donde el Estado boliviano se adjudicó la mayoría accionaria, afirmó el canciller en una audiencia ante el Senado.

La otra parte del decreto, recordó, se centra en la distribución de los ingresos del gas (82% para el Estado y 18% para las empresas), lo cual deberá ser negociado en un plazo de 180 días durante los cuales las empresas deberán adecuarse a los nuevos contratos.

El decreto “no incide directamente sobre los contratos de abastecimiento de gas”, aunque podría hacerlo “indirectamente”, dijo el ministro.

Además, “no está dicho en ningún lado que esa nacionalización no esté acompañada de una forma de compensación”, señaló.

La mitad del consumo de gas en Brasil (25 millones de metros cúbicos al día) procede de Bolivia.

Morales ha anunciado que pretende aumentar el precio del gas natural que vende a Brasil y a Argentina en 2 dólares por millar de BTU (unidad térmica), lo que supone un incremento de casi 60%.

La nacionalización del gas boliviano planteó a Brasil varios desafíos, entre ellos el de asegurar los intereses de Petrobras, la estatal petrolera brasileña, que es la principal compañía extranjera en Bolivia, y el del abastecimiento del fluido.

   Las negociaciones bilaterales se inciarán el miércoles, con la presencia en La Paz del ministro de Energía de Brasil, Silas Rondeau, y del presidente de Petrobras, Sérgio Gabrielli.

   Amorim anunció además que Lula le pidió viajar a Bolivia en los próximos días, para tratar el asunto personalmente con Morales.

   Las negociaciones “serán largas y difíciles”, y Brasil no vacilará en “recurrir a todos los foros” previstos en caso de que no haya acuerdo, dijo Amorim.

   Mencionó en particular un foro de arbitraje en Nueva York, previsto en los contratos, para zanjar diferencias en cuestiones de precios.

   Petrobras amenazó con paralizar sus inversiones en ese país.

   Amorim criticó el despliegue militar ordenado por Morales en las instalaciones petroleras nacionalizadas, calificándolo de gesto “adolescente” para “consumo interno”.

   “La nacionalización no nos sorprendió; la manera en que se hizo, sí”, dijo el ministro, aunque aclaró que no quería echar leña al fuego, porque “si estimulamos la irracionalidad, ésta puede prevalecer” en las relaciones con Bolivia, un país con el que Brasil comparte su mayor frontera terrestre, de 3.400 kilómetros.

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