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Creen islamistas Pakistán están tras los atentados

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BOMBAY, India (AFP).- La Policía india anunció ayer, miércoles, que las bombas que estallaron el martes en la red de ferrocarril de Bombay (oeste) y que provocaron al menos 200 muertos y cientos de heridos llevan la huella de militantes islamistas.

El primer ministro indio, Manmohan Singh, instó el miércoles al país a mantenerse “unido” contra el terrorismo y a evitar la violencia, tras los atentados contra trenes y estaciones de la capital financiera india y sus afueras, que no han sido reivindicados.

“Nadie puede hacer que India se arrodille”, dijo el mandatario. “Esta no es la primera vez que los enemigos de nuestra nación tratan de socavar nuestra paz y prosperidad. Estos elementos todavía no han entendido que los indios nos mantenemos unidos”, señaló el primer ministro en un discurso televisado a la nación.

Sobre el terreno, los investigadores removieron en busca de pistas entre los escombros que dejaron los peores ataques que ha sufrido el país en más de una década.

“El modus operandi parece ser similar al de Lashkar-e-Taiba”, un grupo extremista islamista activo en la parte india de Cachemira, indicó el jefe de policía del Estado de Maharashtra, P.S Pasricha.

Sin embargo, “no puedo asegurar categóricamente que fueran ellos, puesto que los informes (forenses) todavía no han llegado”, añadió el jefe policial, que informó de que hasta el momento no se ha producido ningún arresto.

El más reciente atentado contra la red de trenes de una gran ciudad -después de los ataques del 11 de marzo de 2004 en Madrid y del 7 de julio de 2005 en Londres-, se “coordinó y planeó bien”, indicó el jefe de la brigada antiterrorista de la Policía, K.P Raghuvanshi.

La prensa local señaló que la Policía investigaba posibles vínculos entre el Movimiento Islámico Estudiantil de la India (grupo islamista prohibido) y el Lashkar-e-Taiba.

Sin embargo, el portavoz de Lashkar, Abdulá Ghaznavi, aseguró que su grupo no estaba detrás de los atentados y condenó la “masacre” y lo propio hizo el Hizbul Muyaidín, el mayor grupo islamista activo en la parte india de Cachemira, foco de tensiones entre India y su vecino Pakistán.

Pero Bharat Karnad, un analista del Centro de Investigaciones Políticas, con base en Nueva Delhi, indicó: “Está bastante claro que esto es el resultado de Lashkar-e-Taiba y otros grupos jihaidistas”.

Las siete explosiones tuvieron lugar en un lapso de menos de 15 minutos en estaciones y vagones de primera clase de trenes abarrotados a la hora en la que los habitantes de esta ciudad de casi 18 millones de personas regresaban a sus hogares después del trabajo.

El última balance da cuenta de 200 muertos y 714 heridos, informó el viceprimer ministro del Estado, R.R. Patil.

Los heridos están siendo tratados en diferentes hospitales de la ciudad, algunos de ellos con terribles heridas.

Centenares de personas se acercaron a los centros sanitarios, en busca de familiares que no habían vuelto a sus hogares la víspera.

Manuel Fernandes había visitado seis hospitales en busca de su hermano: “Estaba en uno de los trenes pero no ha vuelto a casa”. “No hemos recibido ninguna llamada. Nadie sabe dónde está”, contó.

Algunos analistas estimaron que los autores de la matanza esperaban acrecentar las tensiones entre la población hindú y musulmana de Bombay y opinaron que los terroristas colocaron las bombas en vagones de primera clase para minimizar el número de muertos musulmanes, generalmente más pobres que la mayoría hindú.

Los ataques no lograron sin embargo intimidar a los inversores, empujando la Bolsa de Bombay al alza, que cerró con una subida del 2,97%.

En la ciudad, la red de ferrocarril había retomado el servicio, las escuelas estaban abiertas y la calma se había reinstaurado tras el caos vivido la víspera.

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