El maquillaje corrector permite disimular un defecto permanente o pasajero y es una alternativa para personas que no quieren someterse a otras técnicas, o para atenuar secuelas entre diferentes sesiones de un tratamiento.
Entre las múltiples indicaciones del maquillaje corrector, las más frecuentes son:
-Cicatrices: Hundidas o hipertróficas, quemaduras.
– Dermatósis eritematosas: Lesiones de acné, psoriásis, eczema, lupus, dermatitis seborreica, atópica, angiomas planos, telangiectasias, cuperosis, eritrosis, etc.
– Trastornos de la pigmentación, tanto localizadas como diseminadas.
– Hiperpigmentaciones: Nevus pigmentarios, melasmas, ojeras, pigmentaciones debidas a perfumes y cosméticos, manchas actínicas.
– Hipopigmentaciones de diversas causas: la más importante de todas, el vitiligo.
Pieles con secuelas pasajeras post tratamientos dermatológicos: infiltraciones, peelings químicos, intervenciones dermatológicas (cirugía, dermabrasión, electrocoagulación, láser, etc).