Indicadores pronostican al 2007 el país habrá superado el trauma

Indicadores pronostican al 2007 el país habrá superado el trauma

POR CLAUDIO CABRERA
Para observar hasta qué punto van bien las cosas en el país, según las pautas contenidas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), especialmente en lo concerniente a la reducción del déficit cuasifiscal, una misión del organismo multilateral integrada por cuatro economistas, arribó a República Dominicana entre el pasado miércoles y jueves de la semana recién finalizada.

El grupo ha comentado favorablemente que a otros países con pesados déficits cuasifiscales como Chile en 1983, le costó casi 20 años superarlo para lograr retomar la senda del crecimiento, un milagro que en República Dominicana sólo lleva un año y medio.

Desde principios del año 2003, cuando se hizo pública la crítica situación de tres importantes bancos del sistema financiero dominicano, el déficit cuasifiscal originado en la economía dominicana comenzó a crecer como una inmensa “bola de nieve”. Año y medio después de incida la batalla para conjurar la crisis, la “bola” empieza a “derretirse”.

Al asumir el control de la política monetaria con nuevas directrices en coordinación con el gobierno central, desde la Presidencia y desde el Banco Central empezaron a ponerse en marcha varios dispositivos por parte de los responsables de la política económica, destinada a extinguir en dos fases la persistente amenaza del cuasifiscal.

La Primera fase

Según el esquema para la solución en la primera fase del déficit fiscal, el Banco Central y el equipo económico se prepararon para resolverlo, controlando el problema por vía de los intereses.  

Hacia agosto del 2004, al momento de la ascensión al gobierno del presidente Leonel Fernández, el déficit cuasifiscal que rondaba los RD$129,000 millones, constituía el principal quebradero de cabezas para las autoridades y el equipo económico. ¿Hasta dónde iba a llegar este déficit y a dónde conduciría a la economía? Eran las grandes preguntas de las recién instaladas autoridades.

Al darle respuesta al problema, se diseñó un plan para ser efectuado en dos momentos diferentes, en cuya primera fase implicaba cerrar el año 2004 con crecientes intereses pagados por el Banco Central por RD$31,000 millones que correspondían a los RD$109,000 millones depositados en certificados financieros en la institución monetaria desde el 2003.

Según explica el gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez Albizu, para el gobierno y la institución monetaria fue un gran logro haber reducido el déficit mediante la reducción de las tasas de interés a los certificados de inversión, tanto por ventanilla al público como por subastas, de una tasa efectiva de 27.1% a diciembre del 2004 a un 16.1% a diciembre del 2005, con una caída porcentual de 11 puntos.

En vez de pagar por concepto de intereses mensuales RD$2,900 millones como se pagaban en el 2003 y el 2004, el monto de  los intereses cubiertos descendió hasta RD$2,300 millones, lo cual representó el mayor logro en la primera fase de la operación para evaporar el efecto del cuasifiscal.

Aunque los intereses eran muy onerosos en principio, el pago era preferible antes que provocar una estampida de pesos convertidos en dólares en manos del público y hasta tanto surtieran sus efectos las medidas asumidas para restringir el circulante, en coordinación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), bajo la sombrilla de un Acuerdo Stand By a dos años.

En esta primera fase del tratamiento del déficit cuasifiscal, pero correspondiendo al subsiguiente año 2005 y paralelamente a los resultados positivos que reflejaban las medidas adoptadas por la Junta Monetaria para disolver sus efectos económicos, el Banco Central logró disminuir las tasas de interés en la medida en que se recuperaba la confianza del público en las decisiones del gobierno, lo cual dio como resultado que el déficit cuasifiscal se redujese en RD$5,000 millones en el transcurso del pasado año 2005.

El resultado neto de estas acciones monetarias en el marco de la primera fase consistió en resolver el déficit, controlando el problema por vía de los intereses.

En el contexto del acuerdo con el FMI, la meta del déficit cuasifiscal calculado para el año 2004 fue de una proporción igual al 4.0% del Producto Bruto Interno (PBI) del país. Para el año 2005, esta meta proyectada era del 3.2%, pero fueron sobrepasadas y el cuasifiscal sólo alcanzó una proporción similar al 2.95% del PIB.

 Así las cosas, al crecer el PBI en un 9.3%, la relación del déficit con este indicador del crecimiento económico cayó my por debajo de lo previsto.

Segunda fase: extinguir certificados

Si es cierto que “para todo hay un tiempo”, la hora de la verdad acaba de llegar para ponerle fin al déficit cuasifiscal. Sorprendentemente, según explica la licenciada Angie Fondeur de Morín, de la unidad ejecutora del “Plan de Solución Integral para la Reducción del Déficit Cuasifiscal y del Stock de Certificados”, desde septiembre del 2004 el Banco Central previó una estrategia coordinada con el FMI para revertir la tendencia creciente de los certificados.

El programa iniciado a partir de ahora consiste en una reducción del balance de los certificados para detener lo que muchos consideraban como una tendencia de “crecimiento indefinido” en forma de “gigantesca bola de nieve”, cuyo crecimiento infinito iba a tragarse la economía y arrastrarla hacia una nueva crisis irremediable.

 Los montos de estos certificados habían iniciado con RD$90,000 millones al 2003, un total de RD$109,000 millones al 2004, hasta alcanzar los RD$148,000 al terminar a la fecha de hoy.

¿Y cuál es el plan?

Existe un programa coordinado por las autoridades monetarias con el FMI para extinguir el déficit cuasifiscal mediante un conjunto de acciones previstas, las cuales se han puesto en tensión desde fines del 2004, a través un programa de ventas de activos de entidades rescatadas, también con ventas de activos que posee el Banco Central y otros del gobierno central.

Para ese fin, el cual los transferirá, así como a otras transferencias de recursos frescos del Estado y “con la absorción gradual que se genere por el crecimiento de la economía”.

De acuerdo a la licenciada Fondeur de Morín, “ha conllevado prácticamente un año crear todo el andamiaje jurídico y logístico que permita desarrollar esos diversos multiesquemas, para ejecutar eficientemente todas esas acciones previstas”.

Explica la funcionaria del Banco Central que “a fin de estar en condiciones de poder comercializar los citados activos, con la debida transparencia y la eficiencia que amerita, se ha estado trabajando en forma ardua en el año 2005, con la independencia funcional de la infraestructura física, orgánica, normativa, procedimental y de personal que se requiere, para coordinar la realización de los activos, fuera del Banco Central, por no ser ésta parte de sus funciones legales”.

Resalta que fue este esfuerzo que arrojó como resultado el COPRA (Comité de Política para la Realización de Activos), así como su estructura de soporte, una herramienta importante para planificar con el COMA (Comité que maneja los certificados).

Han sido estas dependencias las que condujeron al desmonte gradual de los certificados y a disminuir las recolocaciones, dependiendo de los procesos de desmonetización a que conducirá este proceso al final del 2006, tomando en cuenta la realización de activos en base al calendario de subastas ya publicado.

Un hito importante dentro de este contexto lo ha sido la disposición del presidente Leonel Fernández Reyna, quien dio un gran apoyo con la emisión del decreto 34-05, mediante el cual creó una comisión de alto nivel para concluir el diseño del plan de mediano plazo para capitalizar el Banco Central y reducir su déficit cuasifiscal, la cual está integrada por el jefe del equipo económico, secretario Técnico de la Presidencia, ingeniero Temístocles Montás; por el secretario de Finanzas, licenciado Vicente Bengoa y por el gobernador del Banco Central, licenciado Valdez Albizu.

Entre otros mandatos, señalaba que deberán incluir una estimación sobre la recapitalización necesaria, identificación de activos públicos transferibles al Banco Central, así como todos los mandatos que ahora están bajo ejecución.

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