China, gran potencia emergente, irrumpió prácticamente ayer en un mundo donde otros ya se habían dotado de instrumentos devenidos globales lo que unido a tener que enfrentar una creciente animosidad crítica de las viejas potencias hacia lo que ven como un nuevo actor con el que tienen que compartir escenario –les guste o no– ha tenido que ir aprovechando su excepcional progreso económico y sofisticación científica, en lo que abundaremos próximamente. Consecuentemente, no es para sorprenderse de que el Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales al publicar el pasado diciembre su Informe sobre Cooperación Económica y Comercial entre China y América Latina 2019 diese paralelamente a conocer un índice autóctono para analizar el nivel de cooperación económica-comercial con la región, según valoraciones e indicadores internos, independizándose de las calificaciones que publican organismos globales como el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, Davos y otros con sistemas e intereses particulares.
Con el nuevo instrumento, sustentado en criterios científicos universales, se aportarán criterios a las autoridades centrales del país para la toma de decisiones en temas de cooperación, inversión y comercio con los 33 países latinoamericanos y caribeños. Se trata del diseño de un indicador que integra dos subíndices – una evaluación del ambiente empresarial por un lado y el análisis del progreso de los instrumentos de cooperación con cada una de las naciones de la región por otro-. Con los datos el gobierno dispondrá de referentes independientes para un método interno de análisis de las condiciones internas de negocios, comercio y evolución económica al margen de valoraciones y criterios de aquellos órganos globales que no pocas veces se les ha considerado permeados de visiones políticamente interesadas.
Contando con un sistema de análisis interno, China dispondrá de una valoración propia ajustada a sus percepciones sobre las relaciones bilaterales con Latinoamérica y el Caribe y el progreso de su cooperación y flujo comercial.
La evaluación china de sus socios económicos comerciales brindará a sus empresas nacionales criterios objetivos sobre la situación empresarial y económica en general en cada economía para estar en condiciones de tomar sus mejores decisiones de inversión, ajustados a las características particulares en que China basa su interrelación externa, conociendo de manera confiable las potencialidades y riesgos reales. El subíndice del entorno empresarial regional se alimenta de los datos de 8 aspectos diferentes que incluyen los entornos políticos, económicos, comerciales y sociales; mientras que el subíndice de cooperación toma criterios cuantitativos enfocados en cooperación política, comercial, financiera y para la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El primer análisis realizado mostró como resultado que, en términos generales, con Brasil, México, Chile y Argentina los niveles de cooperación y el entorno empresarial de los mismos ha sido muy superior al resto del conjunto regional. Consecuentementese concluyó en la pertinencia de dar más atención al entorno de negocios con las demás naciones para promover una mejor colaboración bilateral.