Alrededor del ocho por ciento de los pacientes que acuden a las consultas de la oftalmóloga Elupina de León, en la Fundación Centro Láser y el hospital Doctor Elías Santana, presentan ambliopía, disminución de la agudeza visual en uno o ambos ojos a causa de estrabismo, catarata, párpados caídos o errores de refracción como hipermetropía, miopía o astigmatismo.

Llamada también “ojo vago, perezoso o haragán”, la ambliopía hace que uno de los ojos se vuelva dominante y mantenga una visión normal, mientras que el ojo afectado es ignorado por el cerebro para evitar un conflicto entre dos diferentes imágenes y, en consecuencia,  el sistema visual de ese órgano no se desarrolla de manera adecuada.

De León, especialista en Oftalmología Pediátrica, estrabismo y ecografía ocular considera imprescindible tratar a los pacientes con ambliopía antes de que cumplan los siete u ocho años,  dado que el sistema visual madura a esa edad y aunque posteriormente se efectúe cualquier procedimiento para corregir el defecto que provoca la ambliopía, el ojo afectado no recupera una buena visión.

Advierte que cuando el paciente pasa de los ocho años, lo que queda es cuidar la visión del ojo sano, evitando los ejercicios de alto impacto, la manipulación de objetos punzantes y utilizando espejuelos protectores en trabajos y situaciones de riesgo.

La profesional de Centro Láser indica que los padres deben sospechar que un menor tiene uno o dos ojos “haraganes”; cuando dichos órganos se voltean hacia dentro o hacia fuera, no se mueven juntos, falta percepción de la profundidad, no ve bien, se tropieza constantemente o los profesores les llaman la atención por su bajo rendimiento escolar.

En tanto, los adultos se quejan en la consulta de que ven poco. Pero hay personas que nunca se han tapado un ojo y alcanzan la madurez sin darse cuenta de sus limitaciones visuales. Algunos se percatan de ella sólo cuando son examinados para adquirir una licencia de conducir, asegura De León.

Tratamientos

Los menores de ocho años pueden recuperar su visión normal mediante el tratamiento de la causa de la ambliopía. Si se trata de estrabismo, explica De León, hay que eliminar la desviación, el desbalance muscular; si es un defecto refractivo como la miopía o la hipermetropía, se le indican lentes; cuando hay catarata, es preciso removerla y si presenta un párpado caído, hay que levantarlo quirúrgicamente. Para que el ojo perezoso recobre la visión normal, los especialistas suelen colocar un parche sobre el ojo sano, lo cual estimula el uso del ojo no preferido o ambliópico. En algunos casos, refiere De León, se utilizan gotas oftálmicas en vez del parche ocular, para hacer borrosa la visión del ojo normal. La especialista de Centro Láser y el hospital Doctor Elías Santana recalca que los pacientes más jóvenes tienen un mayor potencial cerebral para el desarrollo del sistema visual y, en consecuencia, una mayor probabilidad de mejorar la visión cuando se trata de ambliopía. La recuperación de la visión es posible cuando el tratamiento comienza a edad temprana. La probabilidad disminuye a medida que el menor crece. Luego es muy poco lo que puede hacerse, concluye De León.