Indígenas chilenos enfrentan Barrick Gold

Indígenas chilenos enfrentan Barrick Gold

EL CORRAL. CHILE. AP. Los indígenas diaguita viven al pie de los Andes, río abajo de la mina de oro de mayor altitud del mundo, donde desde tiempo inmemorial beben y riegan sus cosechas y viñedos utilizando esas aguas cristalinas.

Pero después llegaron miles de obreros con su maquinaria pesada y tendieron un camino paralelo al río que llega hasta Pascua-Lama, una mina de oro que está siendo construida a ambos lados de la frontera entre Chile y Argentina a una enorme altura de 5,000 metros (16,400 pies) sobre el nivel del mar.

Los trabajadores removieron la tierra en preparación para la extracción de oro y plata durante los próximos 25 años, rompiendo rocas y permitiendo que ácidos minerales como arsénico, aluminio y sulfatos llegaran hasta las aguas que abastecen a las comunidades en el desierto de Atacama.   

El nivel del agua bajó, el río se volvió turbio en algunos lugares y ahora los indígenas se quejan de una inusitada cantidad de casos de cáncer y problemas estomacales. No hay forma de comprobarlo o desmentirlo, pero los pobladores están convencidos de que la minera Barrick Gold Corp. es culpable de sus problemas de salud.   

“No sabemos qué grado de contaminación pueden contener las verduras, las frutas que estamos consumiendo. Han hecho tantos sondajes a la orilla del río” que lo han ido secando, se quejó la líder diaguita Yovana Paredes Páez. “Las vegas no son lo mismo de antes, los animales se están muriendo de flacos. Ya no hay queso, carne. Ha cambiado ciento por ciento”, agregó.  

En su respuesta, la minera se comprometió a adoptar medidas correctivas por 30 millones de dólares e indicó que sigue comprometida con los más altos estándares y a no causar contaminación.  “Tengo rabia con la empresa”, dijo Meri del Rosario, de 42 años, quien vive en El Corral y sufre cáncer de tiroides.

El año pasado le fueron removidos dos quistes de la garganta y culpa de ello a la contaminación del agua provocada por Pascua-Lama.  “Ellos han venido a destruir a la gente y al valle también. Si siguen trabajando el valle va a quedar todo seco y nos vamos a tener que ir, ¿y a dónde? Yo creo que tiene que irse la Barrick”, afirmó. 

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