Indignación

Indignación

Este artículo no mantiene mi estilo acostumbrado. Generalmente escribo sobre mis interpretaciones y análisis de lo que sucede en la realidad social que investigo, pocas veces sobre la base de sentimientos y emociones que percibo en el clima social y que son parte de una subjetividad no verbal, una palabra puede describirlo, “Indignación”.

En esta semana son muchas las noticias que le dan forma a este sentimiento de indignación. Esta indignación se percibe en un silencio tenso,  las personas te hablan como de la sensación de incertidumbre, como si se estuviera resbalando en un pantano.  Las únicas expresiones que aluden a ello son “Esto no hay quien lo aguante”. “No se sabe qué va a pasar”. “La cosa no está caminando”.

Uno de los componentes de esta indignación es lo que está ocurriendo con nuestros recursos naturales. República Dominicana pareciera ir en sentido contrario al ritmo que llevan muchos países del planeta que se han dado cuenta de las grandes crisis que se avecinan vinculadas a: escasez de agua, extinción de  los bosques, contaminación, en fin,  problemas ecológicos.  Nosotros estamos viviendo un proceso inverso, en vez de que nuestros gobiernos se preocupen por incrementar las políticas que vayan dirigidas hacia la preservación del medio ambiente, lo que se están tomando son medidas y políticas que deterioran nuestros recursos naturales y entregamos estos recursos al mejor postor.

No parece poco pensar en la Barrick  extrayendo nuestro oro como si la historia volviese hacia atrás reproduciendo las imágenes de los españoles explotando a los indígenas para llevarse todo el oro que encuentren. Otros dolores de cabeza rondan en esta semana convirtiéndose en las redes sociales en el motivo de ebullición y preocupación como son:

– La amenaza de la explotación minera en la loma Miranda,

– Amenaza de explotaciones mineras en San Juan,

– Construcción de la carretera Norte-Sur que afectará notablemente los recursos naturales de nuestra cordillera Central.

–  Venta de Bahía de las Águilas, esta zona forma parte de un parque nacional.

La imagen es del cerco y ahogamiento. La exclusión de la gran mayoría de la población de nuestras playas, parques, saltos y ríos es una realidad. Ojalá  la indignación se transforme en un reconocimiento de nuestro ejercicio ciudadano y de nuestro derecho  a  decir NO.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas