Se da en este medio una violencia social intensa. Unas veces se manifiesta en el golpe artero de asaltantes que incursionan por calles, hogares y negocios dispuestos a matar. Se da además la agresión originada por un machismo irrefrenado de raíces profundas entre individuos. Vivimos también bajo el auge del asesinato por encargo con evidente proliferación de monstruos humanos que abaratan el costo de matar.
Agréguese que se dispara mortalmente en muchos momentos por simple querella urbana o rural; tras alguna discusión por alegadas ofensas personales. Sin pretender encasillamiento de algún género, ahora toca sentir el horror de que fuera asesinado anteanoche en Los Alcarrizos el teniente coronel de la Policía Virgilio Casilla Minaya mientras compartía con familiares y amigos en un establecimiento comercial.
Cierto es que la institución que dirige el mayor general PN José Armando Polanco Gómez se emplea a fondo para establecer móviles y responsabilidades por este hecho y que no va a quedar aspecto por remover tras esta acción de pistoleros contra los que podrían atestiguar personas que estaban presentes en el lugar en que fue segada la vida de este oficial adscrito al estratégico departamento de Asuntos Internos de la Policía. La efectiva persecución y aplicación de severos castigos por la Justicia son imprescindibles para contrarrestar contundentemente a la delincuencia.
La incubación de precios altos
El año 2011 se perfila preocupante en materia de precios de alimentos en el país. En primer término se están cumpliendo los vaticinios de alzas internacionales del petróleo y sus derivados para corto plazo, con sus inevitables repercusiones de encarecimiento de la energía para productores e intermediarios. Ya, en lo inmediato, tanto el transporte de pasajeros como el de carga han entrado en una fase de incrementos tarifarios que presionarán para que artículos y servicios de primera necesidad se tornen más caros. En adición, diversas materias primas de la pecuaria y las industrias de la harina y las grasas comestibles han caído en un ciclo de alzas con efecto sobre múltiples alimentos de gran demanda. El Gobierno debe adelantarse al empeoramiento de este proceso llamando a los productores locales y a los comerciantes a un diálogo. Que se les escuche con el propósito de tomar medidas de emergencia acordes con las súbitas tendencias de mercados para atenuar las elevaciones de costo de origen externo.