La primera en expresar su queja pública, apenas horas después de conocerse la decisión de la jueza que dejó en libertad al empresario farmacéutico José del Carmen Cruz, acusado de falsificar medicamentos, fue la ministra de Salud, la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, quien dijo sentirse profundamente indignada con el fallo. También expresó su indignación por la decisión de la jueza Isabel Guzmán Paredes el presidente del Consejo Nacional de Drogas (CND), el doctor Fidias Aristy, al que no tardó en sumarse la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos (ARPF), a la que ya no le cabe mas indignación, pues lleva años reclamando que se ponga fin a una actividad criminal que, para colmo, se realiza a la vista de todo el mundo. Tanta indignación se comprende mejor cuando se escucha al Procurador General de la República, el doctor Francisco Domínguez Brito, comparar al que se dedica a falsificar medicamentos con el que mata o manda a matar por dinero, tras calificar de complaciente, y alentadora de impunidades, la decisión de la jueza del tercer Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, quien revocó la prisión al empresario y dirigente reformista y la cambió por una garantía de RD$3 millones y presentación periódica ¿Qué pasará ahora? La fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, ha dicho que apelará la decisión, pero no hay garantías de que ese recurso prospere. Mientras tanto, vale la pena preguntarse, antes de que el alboroto provocado por la liberación de José del Carmen de la Cruz desaparezca de periódicos y noticieros, cuál habrá sido la reacción de la jueza Isabel Guzmán Paredes al enterarse de las expresiones de repudio a su decisión y, sobre todo, si puede dormir tranquila por las noches.