ATLANTA.  AP.  Dulce Guerrero, de 18 años, mantuvo en secreto que era una inmigrante ilegal hasta principios de este año, cuando se molestó porque un incidente vehicular envió a su madre a prisión durante dos noches. 

El arresto ocurrió mientras legisladores de Georgia estaban diseñaban lo que se convertiría en la medida más severa en Estados Unidos contra la inmigración y Guerrero temió que su madre pudiera ser deportada.  “Siento que ese fue mi momento crítico, cuando mi mamá estuvo en la cárcel”, dijo la joven, quien llegó a Estados Unidos proveniente de México a los dos años. 

Guerrero anunció por primera vez su situación migratoria durante una protesta en marzo y ahora está organizando una marcha bajo la tutela de activistas más experimentados que son sólo poco mayores que ella.  El movimiento de gran repercusión de jóvenes indocumentados que declaran que “no tienen papeles ni temor” obtuvo un impulso esta semana cuando un periodista que ganó el Premio Pulitzer reveló que era un filipino viviendo ilegalmente en Estados Unidos.  Guerrero es la principal organizadora de una marcha planeada para el 28 de junio hacia el Congreso estatal de Georgia para que indocumentados a nivel secundaria cuenten sus historias.