INDRA y Catalina: comparando desafueros

INDRA y Catalina: comparando desafueros

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Anteriormente reseñamos tres aspectos: 1.- No era necesario comprar escáneres a INDRA, sólo había que alquilarlos. No había que comprar equipos para Catalina, sino comprar electricidad a plantas privadas.
2.- INDRA suplantó la JCE; validó, antes que la JCE, el conteo de votos reportados por escáneres. En Catalina, Stanley dictaminó que Odebrecht era la única calificada técnicamente y el Comité de Licitación otorgó el contrato sin competidor real. INDRA tuvo competidores pero sus equipos no funcionaron.
3.- INDRA está cobrando US$13.9 millones remanentes. La nueva JCE pidió que la Cámara de Cuentas audite a INDRA .Por encima de la sobrevaluación original, Odebrecht exige US$708 millones de sobrecostos. Aun así Danilo no ha ordenado una auditoría de Catalina.
Ahora, dos nuevas comparaciones:
a) Actitud ante la Ley.
Roberto Rosario solicitó a la PGR una investigación de sus tratativas con INDRA. Se determinará si fue negligente no demandando a INDRA por incumplimiento del contrato. El Anexo del Contrato de INDRA fue de US$7,960,796.8 exactamente 25.0% del monto original contratado, para no tener que hacer otra licitación, según la Ley 340-16. Los 708 millones de sobrecostos de Catalina equivalen al 36.4% de 1,945 millones del contrato original. Odebrecht reflexionó y ahora pide 500 millones para ajustarse al 25.0% de los 1,954 que sería aprobado “legalmente”. Danilo Medina ni sus funcionarios han solicitado que ellos sean investigados, a pesar de que los 1,945 millones originales de Catalina, son 49 veces superiores al Contrato total de INDRA y que Odebrecht confesó sobornos para aprobar financiamientos. Los 708 millones de sobrecostos de Odebrecht son 51 veces el valor que INDRA está cobrando como remanente. En aras de la publicitada transparencia gubernamental, Danilo debería imitar a Rosario, solicitando que la PGR lo investigue a él –a Danilo-, o pronunciarse como Hipólito Mejía, quien declaró que no está ligado al dolo de Odebrecht y que acudiría a la justicia para ser investigado, si también son requeridos Danilo Medina y Leonel Fernández.
b) Posibles arbitrajes.
La nueva JCE debe rescatar la credibilidad perdida anteriormente para gozar del apoyo ciudadano, sin olvidar a El Principito: las palabras son fuente de malentendidos. Fue inapropiado debutar usando el término bíblico “ungido”, para asignar una categoría cuasi sacrosanta a la investidura de Medina, surgida de comicios con legitimidad altamente cuestionada. Es plausible la petición de la JCE de una auditoría de INDRA por la Cámara de Cuentas. Danilo debería solicitar lo mismo para Catalina. La JCE será evaluada por hechos, no por proclamar que es incorruptible e ingobernable. Robespierre se auto denominó El Incorruptible, pero murió guillotinado. La JCE no es ingobernable, porque está gobernada por la Ley. Si las discusiones del cobro no evolucionan favorablemente la JCE afrontaría un arbitraje no deseado e ineludible. INDRA, en su cobro, señaló: “…la presente notificación debe de surtir los efectos previstos en el Art. 11.2 del citado Acuerdo para la Protección y Promoción Recíproca de Inversiones entre el reino de España y República Dominicana”. Ese Acuerdo fue firmado en marzo 1995, hace 22 años. Deben recordarse arbitrajes ganados por empresas españolas 100% privadas, con reclamos apoyados oficialmente por su Gobierno, sin que el estado español fuese accionista. Por su parte, CDEEE proclamó el 25 de agosto que no pagará ni un centavo de los 708 millones de sobrecostos documentados por Odebrecht el 19 de julio.
Haber aprobado contractualmente “Reclamos del Contratista” perjudicará a CDEEE, en un arbitraje que sería extenso y costoso. Asesores, protegidos por Danilo, cobrarán por adelantado jugosos honorarios para enriquecimiento sin causa, aunque CDEEE perdiese el arbitraje. Aparte de la sobrevaluación original, están en juego 708 millones de sobrecostos, penalidades por atraso y daños y perjuicios que debe resarcir Odebrecht a CDEEE. En abril del 1991 el diputado Danilo Medina exigió, virilmente, en el Congreso, una investigación exhaustiva de los US$20.0 millones que la canadiense Hydro Quebec cobró en el 1990 a CDEEE. Lo ético sería que Danilo asumiera, ante Odebrecht, la postura que mantuvo como diputado opositor tratando de rescatar 20 millones de Hydro Quebec, máxime que ese es un monto ínfimo comparado con lo que ahora se disputa con Odebrecht, y para que alguien no le endilgue el refrán citado por Balaguer en Los Carpinteros: “Si quieres saber quién es Mundito, dale un mandito”.

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