INDRA y Catalina: comparando desafueros

INDRA y Catalina: comparando desafueros

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Me refirió un amigo que estando en el despacho del Dr. Balaguer alguien mostró preocupación por un titular periodístico denunciando un escándalo. Balaguer indicó que no se preocuparan, que en pocos días otra denuncia haría olvidar el escándalo de ese día. Ese enfoque ya no funciona. La frecuencia y magnitud de los escándalos no da tiempo al olvido. Cada nuevo desafuero del Gobierno de Medina actualiza y repotencia todos los anteriores. OMSA hizo recordar a OISOE. INDRA catapulta las irregularidades de Catalina. Hagamos comparaciones:
1.- Compras innecesarias de equipos.
Los escáneres y periféricos debió alquilarlos la JCE, no comprarlos a INDRA u otro suplidor. Ya no hay elecciones de medio término. Los equipos de INDRA crearon un desastre en el 2016. Aunque hubieran funcionado perfectamente en esas elecciones, en el 2020 serán chatarra. Los equipos y softwares cibernéticos son obsoletos en corto tiempo. La innovación y la destrucción creadora de Schumpeter determinan no comprar escáneres usables una vez cada cuatrienio. La compra de Catalina por Danilo tampoco debió hacerse. Debió continuarse la licitación que CDEEE tenía muy avanzada para comprar electricidad a plantas privadas. Simplemente ganaría quien ofreciera el precio más bajo del Kwh.
2.- Desbordamiento y suplantación de la autoridad oficial.
Se reportó que INDRA marginó los técnicos de la Dirección Informática de la JCE. En los reducidos casos que los escáneres funcionaron, fue INDRA que aceptó originalmente, por su cuenta, la validez del conteo de boletas. Después la JCE los aceptó como buenos y válidos. Se entregó el control de la elección a terceros. En ese fragmento del sufragio INDRA se arrogó el poder que la ley otorga a la JCE para administrar los comicios. En Catalina, Stanley Consultants concluyó que Odebrecht era la única concursante calificada técnicamente y descalificó las otras. El Comité de Licitación de la CDEEE no ejerció sus poderes, aceptando la evaluación que Stanley presentó en Power Point, sin analizar el fundamento de las notas calificadoras de cada participante. Por eso renunciaron del Comité Ramón Flores e Isidoro Santana. Odebrecht triunfó luchando sin competidor. INDRA tuvo otros competidores en una licitación de la JCE, no supervisada por la Dirección de Compras y Contrataciones. Ofreció el precio más bajo, pero sus equipos no funcionaron.
3.- Cobros.
INDRA reclama US$13.9 millones como completivo de su contrato original de US$31,831,680, llevado hasta US$39, 792,476 por un Anexo solicitado por el presidente de la JCE, Roberto Rosario, no por INDRA. En su cobro de octubre 17, INDRA incriminaría a Rosario declarando que el 14 de octubre del 2016, en la comunicación PRES-JCE N°.5313-16 la JCE “…manifestó formal y expresamente su reconocimiento de la existencia de una deuda con INDRA Sistemas, S. A. por importe de 13.927.931,17 dólares pendientes y reconocida en los términos citados, toda vez que asimismo se reconoce que INDRA cumplió a satisfacción plena y en los plazos estipulados contractualmente con el objeto de la contratación de la JCE referida, conforme se describió en el Pliego de Condiciones Específicas, sus Anexos y respectivas Órdenes de Compras”. Rosario no demandó a INDRA por incumplimiento de contrato como planteó formalmente Eddy Olivares. Catalina tampoco exigió cobro de penalidades a partir de agosto 7 en que Odebrecht debió entregar la primera unidad. Supuestamente Rosario ofrecería un descargo a INDRA validando la deuda y reconociendo el fiel cumplimiento del contrato. La nueva JCE condiciona el pago de US$13.9 millones remanentes a una auditoría de la Cámara de Cuentas. Distinto a la JCE, no hubo cuestionamientos al monto de 1,945 millones de Catalina. Quien defiende ahora al país es la nueva JCE, no Rosario, que contrató con INDRA. Absurdamente en Catalina la defensa del país está en manos de Danilo Medina y su orquesta, quienes negociaron y crearon el desastre de Catalina. Danilo y los suyos como son parte del problema, no de la solución, se niegan a que la Cámara de Cuentas audite la sobrevaluación original y 708 millones de sobrecostos de Catalina la glotona, que se tragará otros RD$29,514.7 millones del presupuesto ampliado del 2017. En cambio, transparentemente, la nueva JCE solicitó a la Cámara de Cuentas una auditoría a INDRA, previa a una posible actuación de la PEPCA.

Hasta el próximo viernes, dominicanos, si Dios quiere.

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