Industria automotriz: aumento en los costos podrían llevarla a la ruina

Industria automotriz: aumento en los costos podrían llevarla a la ruina

POR JAMES MACKINTOSH
Entre las hornadas de entusiastas por los vehículos en la feria de equipos automtores de París esta semana, pocos notarán los vínculos que existen entre los rutilantes equipos en exhibición y los refrigeradores suecos.

Pero lejos de las luminarias y modelos de moda, los ejecutivos de la industria automotriz y los fabricantes de refrigeradores comparten una preocupación común: el aumento inexorable de los precios del acero y el petróleo.

Odile Desforge, jefe de compras para Renault, el fabricante francés, lo llama una “crisis de marterias primas”. Dice ella que el aumento en los costos de las materias primas está presionando las ganancias de regulaciones adicionales y la necesidad de mejoras en los autos.

“Existe un desafío real […]. No podemos pasarle a los clientes el impacto de los costos de estos tres factores”, afirma.

La semana pasada, Electrolux, el mayor productor de equipos electrodomésticos, advirtió que el incremento en los precios de las materias primas añadiría unos US$163.0 millones a los costos en el segundo semestre de este año. El anuncio golpeó las acciones del grupo sueco, porque dijo que la competencia implacable en la industria de productos blancos significa que no podría pasarle las alzas de precios a sus clientes.

“Es muy duro tener que bailar solo”, dice Hans Straberg, jefe ejecutivo.

En la industria automotriz el impacto podría ser mucho más grave. Cada vehículo contiene un estimado entre US$500.00-US$600.00 en valor de acero prensado y soldado: Solo Volkswagen compra  cinco millones de toneladas al año. El precio “spot” del acero casi se ha duplicado desde enero, en medio de una creciente demanda de China.

Los plásticos y adhesivos ligeramente procesados que dependen grandemente del precio del petróleo, también componen un gran pedazo del costo de un vehículo, alrededor de US$300.00-US$500.00.  Con precios del petróleo que han aumentado 745 durante los últimos 12 meses, y cerca de US$50.00 el barril, también producirlos cuesta más.

Hasta ahora, la industria ha estado protegida por los ataques de los precios del acero y el petróleo por los contratos a largo plazo, en algunos casos, con cinco años de duración.

Pero ya se están empezando a sentir los efectos. Dow Automotive acaba de exigir que los clientes paguen entre 25%-40% más sobre los contratos existentes para plásticos y adhesivos. El líder del mercado dijo que eso ayudaría a detener los proyectos de investigación y desarrollo orientados a los clientes que rechazan los incrementos que ellos dicen les han impuesto.

Algunos suplidores pequeños en EEUU han quebrado por los aumentos de los costos de las materias primas, mientras que otros han tenido éxito en traspasarlos a la cadena de suministradores más grandes. Todos han estado tratando de reducir los costos de producción, lo cual ha provocado miles de despidos.

Si el efecto pleno de los incrementos termina por pasar a los fabricantes de vehículos, hará mucho más que borrar las ganancias de los tres productores de vehículos de Estados Unidos.

Adam Jonas, un analista de la industria automotriz de Morgan Stanley, dijo que el impacto en los fabricantes de vehículos ha sido ligero, pero que empeoraría si los precios de las materias primas se mantuvieran elevados.

“Las renegociaciones de los contratos se producen en la medida que se acerca el fin de año, por lo cual una parte de su presupuesto de compras va a estar en una tasa más alta”, dijo. “Con el tiempo, se convertirá en un viento en contra”.

Como resultado, los fabricantes de vehículos gastaron gran parte de la semana pasada -cuando los directivos de la feria automotriz se reunieron con los analistas financieros y los periodistas- hablando de bajar los costos.

 “La reducción de costos ocupó más espacio en la presentación que los nuevos modelos, lo cual es bastante infrecuente en una feria automotriz”, comentó el señor Jones.

Si el acero y el petróleo se mantienen en los niveles actuales, es poco probable que la reducción de costos sea suficiente para compensar.

“La clave está en hasta qué punto podrán pasarle esto a los consumidores”, dijo Stephen Cheetham, analista de Sanford C. Bernstein. “Este incremento abarca toda la industria y todo el mundo lo siente así, por lo tanto es probable que se traspase”.

En el negocio de compañías de camiones pesados de carga ya se está sintiendo la picada. Los fabricantes de camiones han subido los precios al menos dos veces este año. Volvo, el segundo productor de camiones del mundo desarrollado, los incrementó 1.55 para compensar el alza en los precios del acero. MAN, de Alemania, planea un alza similar.

Patrick Pelata, jefe de planificación de productos en Nissan y presidente de Nissan Europa, dijo: “Es doloroso, pero es algo que le cae encima a todos los competidores al mismo tiempo, por lo que duele menos. El asunto es cuánto más nos duele a nosotros que a los otros”.

Sin embargo, los camiones están teniendo un año auspicioso. Se pronostica que el mercado haya subido entre 30%-35% en EEUU, y entre 7%-8% en Europa.

Pero esas cifras no son válidas para el negocio de los automóviles, donde los manufactureros están empantanados en una guerra de precios.

Mientras en la feria de París empieza una difícil ronda de negociaciones con los suplidores sobre los componentes de los precios del próximo año, los fabricantes de autos deberán preocuparse porque aumentar los precios sin alejar a los consumidores resulte tan difícil como aumentarle el precio a un refrigerador.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

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