Industria azucarera estatal sucumbió por reducción cuota Estados Unidos

Industria azucarera estatal sucumbió por reducción cuota Estados Unidos

El derrumbe de la industria azucarera estatal del país tuvo su origen en la reducción de la cuota de los Estados Unidos que  de casi un millón de toneladas métricas de azúcar crudo la bajó a 185,000 toneladas.  

Ante esa situación, la política nacional fue favorecer la generación de energía eléctrica en los ingenios. De ahí vinieron los tres proyectos con el  Banco Mundial de co-generar la energía en Ozama, aumentando su capacidad de molienda de 4,000 a 6,000 toneladas diarias, y llevar al ingenio Boca Chica allí, y se instalaron plantas de co-generación en los ingenios Barahona y en Consuelo.

Brasil buscó la diversificación del etanol en ese momento. El proyecto del Banco Mundial se cayó e inmediatamente en 1986 no se movió más hasta que fueron desmanteladas las centrales de co-generación y  vendidas a diferentes países en los últimos 8 años.

Esto conllevó al cierre de los ingenios Esperanza, en Valverde, y Catarey, en Villa Altagracia. La política de diversificación fue un fracaso a nivel de Gobierno, afirmó el ingeniero Juan Antonio Japa, expresidente de la Federación Dominicana de Colonos Azucareros.

Se le entregó mucha tierra  al Grupo Rica para la  producción de cítricos, para el  cultivo de la  palma africana se entregó otro lote de terrenos y hubo una diversificación de suelos y todos consideramos que la caña no estaba en crisis, sino que lo que había  era que buscarle  los subproductos que eran necesarios, pero el proceso terminó  por agravase y terminó en crisis, cuando en 1997 generamos la Ley de Capitalización, proceso que fue dirigido por el BID, que hizo lo mismo en Costa Rica, El Salvador y Bolivia.

Aunque la industria azucarera nacional tuvo sus épocas de florecimiento, a finales de 1945 la crisis se agudizó en los ingenios, a causa de la inflación de  ese momento, agravada por el bajo salario que devengaban los obreros de menor calificación, según Wikipedia.    

El Gobierno de Trujillo se valía de la opresión para los que osaban  quedarse en sus casas a manera de protesta, quienes eran buscados por miembros del Ejército Nacional mediante redadas y acusados del delito de vagancia. Los capturados eran encarcelados y obligados a trabajar, lo que también les ocurría a los ciudadanos que no tenían los documentos reglamentarios del régimen: “los tres golpes”.  En enero de 1946 un grupo de obreros de la Federación Local del Trabajo, fundada por el líder sindical Mauricio Báez, hizo una huelga que duró más de una semana. La dictadura cedió a sus peticiones, pero luego algunos fueron perseguidos y asesinados, mientras otros se exiliaron. Esa protesta bastó para que Trujillo desintegrara todos los sindicatos del país, obligándolos a pertenecer a una federación de él. En 1950 Mauricio Báez fue secuestrado en Cuba, donde estaba exiliado y jamás se supo de su paradero.

Después del ajusticiamiento de Trujillo, el país ha tenido como presidentes a Juan Bosch (1962), Joaquín Balaguer (1966-78), Antonio Guzmán Fernández (1978-82), Jacobo Majluta (1982- 41 días), Salvador Jorge Blanco (1982-86), Joaquín Balaguer (1986-96), Leonel Fernández (1996-2000), Hipólito Mejía (2000-04) y  Fernández (2004-2012). A todos, menos a Mejía y a Fernández les tocaron buenos momentos de la industria azucarera, por los precios altos. A este último le tocó la peor parte, por haber hecho la capitalización o privatización de los ingenios, considerada por los colonos y gran parte de la población como un fracaso. Los ingenios y sus tierras fueron arrendados y sólo dos están en operación, el resto desapareció o está cerrado. Japa atribuye esos fracaso a que la capitalización fue excluyente, ya que marginó a los colonos y a otros interesados que no pudieron participar en las licitaciones de los ingenios, que a una sola empresa (Conazúcar) le arrendaron cinco  de los diez ingenios. 

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