Representantes de la industria lechera pidieron ayer al gobierno definir la política que se seguirá en las importaciones de lácteos, en el marco del Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (RD-CAFTA). El presidente de la Asociación Dominicana de Industrias Lácteas (ADIL), junto a miembros de esa entidad, expuso los conceptos en un encuentro del secretario de Agricultura, Salvador Jiménez, con los líderes de las entidades que forman la cadena láctea.
Julio Virgilio Brache manifestó que si el gobierno renegocia con Europa el asunto de la importación de leche, la cuota se ampliaría y muchas más personas pudieran participar del mercado.
Añadió que así se eliminaría la posibilidad de incrementar un monopolio que ha perjudicado la industria nacional y al resto de la cadena láctea.
Abogaron por reglas claras ante la entrada en vigencia del DR-CAFTA y que se defina quién puede importar y en qué cantidad. Indicaron que a pesar de que el tratado ha sido ratificado por los congresos de ambos países, faltan respuestas acerca de los contingentes de importación.
Se necesita definir quién va a importar, qué cantidad, cuándo se van a hacer las importaciones en el tema de lácteos específicamente sostuvo Brache. Pidió enfrentar lo que se considera una penalización que impuso al país la Organización Mundial del Comercio (OMC), cuando se negoció la rectificación técnica, por lo que el país compra la leche más cara del mundo proveniente del 70% de la cuota de 32,000 toneladas métricas anuales que viene desde Europa, unas 22,400 toneladas métricas.
De su lado, Rafael Díaz, presidente de Lácteos Dominicanos, explicó que el país tiene que pagarle a Europa US$20 más que otros países por cada tonelada de leche que se adquiere en ese mercado. Es decir, que si a otro país una tonelada de leche le cuesta US$80 a la República Dominicana le cuesta US$100, añadió.
Propuso que en lugar de mantener ese modelo se renuncie a la rectificación técnica y se pague en las aduanas dominicanas un 40% por las importaciones dentro de la cuota y que se compre la leche a nivel de bolsa. Argumentó que esos recursos que se quedan en el país y no en Europa sean usados para fortalecer la ganadería y la industria nacional láctea.
Por otro lado, la ADIL retomó el reclamo de que el país denuncie el acuerdo con la Unión Europea, mediante el cual se fijó en 32,000 toneladas las importaciones anuales de leche en polvo, al estar vencido el período de esa negociación que fue durante 10 años. Julio Virgilio Brache, presidente de la entidad, consideró conveniente aprovechar el vencimiento de ese acuerdo para que sea el país y no una persona la que maneje esa importación, porque se ha creado un daño a toda la estructura de producción y se ha distorsionado el mercado.
Los procesadores lácteos indicaron que sería satisfactorio que el gobierno tomara el caso en sus manos y que el Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Láctea (CONALECHE) pueda alcanzar una postura de consenso en ese sentido. El subsecretario Rodríguez hizo una exposición acerca de las implicaciones de la puesta en vigencia del DR-CAFTA para el sector lechero e hizo una serie de recomendaciones.
Entre los representantes del sector privado estuvieron en el encuentro, además de Brache, que también es vicepresidente de Pasteurizadora Rica, el vicepresidente de ADIL, Diego Blanco, además ejecutivo de Nestlé Dominicana; Rafael Díaz, presidente de Lácteos Dominicanos; Odille Periche, gerente general de Parmalat Dominicana; Felipe Silva, gerente general de Nestlé; Humberto Reginato y Juan Ferrúa, del sector quesero.
POSICION PARMALAT
La gerente general de Parmalat Dominicana, Odille Periche, de su lado, dijo que si cada una de las industrias tuviera su cuota de importación asignada, no se desarrollaría una competencia entre el sector como ha estado ocurriendo. Hasta ahora, de cara a la entrada del DR-CAFTA para el sector industrial lácteo no se sabe de qué tamaño es la cuota, ni cuándo comienza o termina el año de importación, explicó.