La necesidad de que sea modificada la Ley de Hidrocarburos no es solamente una de las demandas de los grupos que paralizaron el país el lunes, sino también una convicción que comparten varios funcionarios del Gobierno.

Una de las alternativas planteadas para modificar el aspecto tributario de esa ley es la creación de un fondo especial, consignado en el presupuesto nacional, que serviría para compensar los altibajos de los precios de los hidrocarburos provocados por las fluctuaciones de los precios petroleros.

De acogerse esta alternativa, el Gobierno tendría que actuar con sumo cuidado al transferir hacia otros sectores o renglones la carga fiscal que actualmente se aplica a los carburantes y que influye sobre los costos y precios de todos los bienes y servicios.

Lo ideal sería que desapareciera el efecto inflacionario de los altos impuestos sobre los derivados del petróleo, como forma de propiciar un abaratamiento de sus precios y una reducción en los costos generales de bienes y servicios.

 Desde que fue impuesto el denominado “Diferencial del petróleo”, en tiempos de Joaquín Balaguer, el mercado de los hidrocarburos ha ejercido una función inflacionaria que ha generado graves perjuicios económicos para los consumidores, y especialmente para los de más bajo poder adquisitivo.

Por lo menos ya hay puntos de vista coincidentes entre gente del Gobierno y de las organizaciones que paralizaron el país.

Esa coincidencia y la necesidad de que se actúe con verdadera justicia en lo que concierne a los precios de los hidrocarburos, hace ineludible el deber de procurar fórmulas más racionales para enfrentar el problema de los altos precios de los derivados del petróleo, y por ende, de todo lo que se compra y vende en este país.

Ahora falta que se ponga a trabajar en ese sentido, cuanto antes, a los entendidos en estas cuestiones.

Unibe
En esta fecha cumple 25 años un centro de enseñanza superior del que debemos sentirnos orgullosos.

La Universidad Iberoamericana, que es la consumación del ideal que tuvieron su fundador, Jorge Abraham Hazoury Bahles, y un grupo de hombres y mujeres con el respaldo del Instituto de Cooperación Iberoamericana, se ha caracterizado desde los primeros tiempos por su búsqueda incesante de la excelencia en los estándares académicos.

 En 25 años de ejercicio, Unibe ha aportado 7,929 profesionales, todos ellos formados en base a la filosofía de creatividad e innovación para impulsar el progreso.

A través de su Plan Estratégico Institucional proyectado hacia el año 2016, la Universidad Iberoamericana procura no solamente la excelencia hacia lo interno, sino además crear las bases para una transformación académica de grandes alcances.

Con sus carreras y cursos de posgrado como aval académico, Unibe ha ganado merecido reconocimiento local e internacional y ha establecido relaciones de intercambio con academias prestigiosas en diversos países.

La innovación permanente y el énfasis en los programas de investigación científica son dos características que esta academia explota con mayor intensidad cada vez, para  producir los  profesionales y técnicos necesarios para dar respuesta adecuada a los distintos problemas.

Congratulamos a Unibe en la persona de su rector, Julio Amado Castaños Guzmán, y el cuerpo de profesores y ejecutivos que hacen posible su excelencia indiscutible.