El Banco Central afirma que la economía creció 12.6% en el primer trimestre de este año.
Eso significa 7.4% sobre el crecimiento de 5.2% experimentado en igual período del año pasado.
Es decir que entre el primer trimestre del 2005 y el mismo lapso del presente año el crecimiento económico superó el 200%, más que se duplicó.
Estos ímpetus en el comportamiento de la economía del país han impresionado a organismos internacionales.
Por ejemplo, al hablar de la recuperación económica de la República Dominicana, un ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo opinó que este fenómeno obligará a revisar los textos de economía.
Pero estos crecimientos asombrosos no tienen un efecto horizontal, sino que se quedan en el ámbito macro de la economía.
Si bien hemos logrado el milagro del crecimiento económico vertiginoso, estamos estancados en cuanto concierne a disminuir la inequidad, en cuanto a horizontalizar los efectos del crecimiento macroeconómico.
No ponemos en tela de juicio estas cifras de crecimiento ni la capacidad de las autoridades para sustentarlo en el tiempo.
Lo que se cuestiona es nuestra capacidad de transferencia horizontal, para que la bonanza económica haga sus efectos sobre los altos índices de pobreza.
Si del primer trimestre del 2005 al primero de este año el crecimiento de la economía más que se dobló, ¿cómo explicar que este impresionante crecimiento no haya tenido efecto abrasivo sobre la alta tasa de inequidad?
Hemos probado que sabemos y podemos hacer crecer la economía y asombrar a todos con esta magia. Falta que aprendamos a mellar en las justas proporciones nuestros niveles de inequidad, de desigual redistribución, de injusticia social.
Enhorabuena
Después de una larga transición desde el triunfo electoral del 7 de febrero pasado, René Preval jurará este domingo como Presidente de la República de Haití.
Este paso de la democracia haitiana lo consideramos de mucha trascendencia para el porvenir del vecino país y para el estado de las relaciones de vecindad, intercambio y cooperación con nosotros.
En términos institucionales, la relación insular gana un interlocutor válido para que los dos países puedan afrontar con seriedad y resolver problemas comunes como las migraciones ilegales y el tráfico ilícito de mercancías, drogas y armas por la frontera.
El solo hecho de la elección de Preval ha servido para mejorar el orden y la seguridad en Haití y crear el ambiente propicio para emprender la recomposición del deteriorado Estado.
El acto de juramento habrá de ser un punto de referencia muy relevante para el pueblo haitiano en particular, y para nuestras relaciones en sentido general. Enhorabuena.