POR L. RAMÍREZ S.
La inequitativa distribución del ingreso en América Latina es una de las variables que inciden en el auge de la delincuencia, a juicio de Elías Carranza, director del Instituto Latinoamericano de las Naciones  Unidas para la Prevención del Delito y la Tratamiento del Delincuente (ILANUD).

Consideró que esa situación se puede revertir con la aplicación de una justicia transparente, y con la aplicación de políticas sociales que permitan un mejor reparto de la riqueza.

Carranza, quien ofreció sus declaraciones en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, expresó que llama la atención que a partir de  la década de 1980 parece que todo el mundo se volvió malo, violento o corrupto en la región, y desde ese punto de vista vincula esa situación con la ejecución de las políticas económicas neoliberales.

«El  último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dice que en el 2005 había  un 1% mas de pobreza que en 1980, cuando comienzan a implementarse en los países de la región las directrices económicas del llamado consejo de  Washington, que tenía que ver con la venta de los activos del Estado y la apertura de los mercados financieros.

Refiriéndose a la misma fuente planteó que en el 2002 había un 3.5% más de pobres que en 1980,  y en ese contexto resaltó que en los informes anuales del Banco Mundial se registra que la  inequidad entre los países de altos,    bajos y medianos, se ha agravado de tal manera que la brecha se duplicó en los  últimos 40 años.

«De manera que lo importante es que haya justicia penal transparente, severa en los casos que corresponda, benigna cuando se trate de adolescentes, pero sobre todo que existan muchas políticas sociales que reviertan la desigualdad».

En lo referente a la justicia Carranza dijo que en el país se trabaja eficientemente, pero que es esfuerzo debe estar acompañado de acciones que tiendan a redistribuir mejor la riqueza.

Con respecto al efecto que en los presidiarios produce la impunidad de que disfrutan sectores de poder, tanto en el país como en otras naciones de la región, manifestó que estos sienten que lo importante es tener poder.

«Si los que tienen poder no les pasa nada, y ellos están tratados con violencia, con hacinamiento e injusticia en la aplicación de la pena, sienten que su encarcelamiento es injusto y entonces salen en peores condiciones.

«Por eso es importante una justicia transparente, sin impunidad, y con una ejecución de la pena también transparente, con respeto, severa si corresponde, y con dignidad», expresó.