Inequidad y falta al deber

Inequidad y falta al deber

El uso proselitista de los recursos del poder se ha puesto de manifiesto una vez más, en favor, por supuesto, del partido en el poder. El Senado, cuya composición es abrumadoramente oficialista, ha quedado desierto en este tramo final de la campaña electoral y sus integrantes están dedicados a tareas proselitistas, empleando para estos fines el tiempo que deberían dedicar al conocimiento y sanción de al menos 174 proyectos, resoluciones, financiamientos y otras iniciativas pendientes de decisiones en treinta comisiones de trabajo.

 En la Cámara de Diputados pasa lo mismo y por las mismas causas; abandono del trabajo legislativo para dedicarse de lleno a impulsar las candidaturas en competencia por el poder.

Por más que se niegue, hay una quiebra de la equidad que debe regir para distribuir las oportunidades en la puja per el poder. Esta es, probablemente, el contraste negativo en un proceso que la Junta Central Electoral ha organizado con especial cuidado, para que no haya dudas acerca de su transparencia. Organismos locales e internacionales han reconocido el trabajo del organismo. En aras de esa transparencia.

Evidentemente, no se puede hablar de equidad cuando, como es el caso que nos ocupa, se hace uso de recursos del Estado para apuntalar la causa de un partido y colocar en desventaja a los restantes en la competencia por el poder.

El país necesita orar por el orden

La Conferencia del Episcopado Dominicano, preocupada por el ambiente de tensiones en que se desarrolla la campaña electoral, invita a todos los dominicanos a acudir de manera ordenada y pacífica a las votaciones del próximo domingo.

Con el mismo interés llama a todos a sumarse a una jornada de oración  el sábado 19, víspera de las elecciones. Para ese fin convoca a sacerdotes, diáconos y feligreses a acudir ese día a las parroquias.

El mensaje de la Conferencia del Episcopado es oportuno porque se produce en momentos en que pronunciamientos desajustados, que se apartan de los procedimientos y medios  institucionales, han generado justificados temores en la población.

 El pueblo dominicano necesita ejercer el voto en paz y que  su voluntad expresada en las urnas sea respetada.

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