Inequidades: un lastre social

Inequidades: un lastre social

Lo malo de la democracia al estilo nuestro es que la voluntad popular termina el mismo día que se ejerce el voto. Es una conclusión que se extrae del hecho de que  la administración de todas las inequidades habidas y por haber simplemente cambia de manos. El informe  Desarrollo Humano: República Dominicana 2008, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dado a conocer la noche del miércoles, habla de la dificultad que enfrenta la mayoría de la población para tener acceso a los bienes y servicios primarios, a las oportunidades que ofrece la economía y a remuneración y vivienda dignas, dificultad que se deriva del hecho de que las instituciones no han evolucionado, a pesar de las promesas de los políticos.

Así, el poder del voto atraído por las promesas de cambios de los políticos solo tiene el efecto de la elección, del empoderamiento de una fórmula partidista para que ejerza el poder. Lo malo, como plantea el informe que nos ocupa, es que la población no se empodera para exigir las transformaciones sociales e institucionales necesarias para garantizarle condiciones de equidad. En vez de empoderamiento, la gente común tiene, a lo sumo, la falsa noción de valoración e importancia que le crea el clientelismo político, el acoso de los políticos a la caza de votos. La  inequidad fruto del clientelismo es la peor tara social que se le puede imponer a un pueblo.

 

Muy alto índice de salvajismo

La Encuesta Demográfica y de Salud 2007 (ENDESA) permitió comprobar que un veinte por ciento, es decir, una quinta parte de las mujeres de este país ha experimentado violencia física después de los quince años de edad. Es un resultado revelador del alto índice de salvajismo de género que existe en este país, índice que ha sido el responsable de abundantes feminicidios y otras agresiones de género. Este problema social ha sido comprobado desde diferentes ópticas y el punto de coincidencia es que la tasa de actos de esta naturaleza desborda lo razonable.

El planteamiento que deben hacerse ahora los estudiosos de la conducta humana es desentrañar los factores que inducen este comportamiento agresivo tan persistente. El diseño de estrategias y campañas de orientación para contrarrestar estas prácticas tiene que partir de un diagnóstico integral. Tenemos una tasa muy alta de salvajismo y hay que hacer que disminuya.

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