PALMA DE MALLORCA, España. AP. La infanta Cristina de España testificó ayer en su juicio por fraude fiscal que su esposo manejaba los gastos de la pareja y que ella no sabía por qué algunos costos de su elegante estilo de vida, que incluyó un safari por África y más de 1,000 euros (US 1,100) para vino, fueron cargados a una tarjeta de crédito de una compañía de la que ambos eran propietarios.
La infanta pasó 20 minutos respondiendo preguntas de su abogado enfocadas en distanciarla de su participación en Aizoon, la compañía de consultoría de bienes raíces que él manejaba desde una oficina dentro de la mansión de Barcelona en la que vivieron durante años con sus 4 hijos, pero que tuvieron que vender a medida que sus problemas legales aumentaban.
Al preguntarle por qué ella nunca habló con su esposo sobre lo que la compañía hacía, Cristina respondió que no eran “temas de los que me interesase hablar con él. En esos años mis hijos eran muy pequeños y estábamos muy ocupados”. “Mi marido se encargaba de los gastos familiares. Yo no intervenía en ese tema”, agregó.
El caso se centra en la acusación de que Urdangarin empleó su antiguo título de duque de Palma para malversar cerca de 6 millones de euros (US 6.6 millones) en contratos públicos obtenidos por el Instituto Noos, una organización para eventos deportivos. Diecisiete personas están acusadas. El dinero pasó de Noos a Aizoon, que Urdangarin y la infanta testificaron fue creada para recibir los ingresos de él.