Infecciones ginecológicas en las niñas
¿Quién debe tratarlas?

<P>Infecciones ginecológicas en las niñas <BR>¿Quién debe tratarlas?</P>

ANGEL CAPUTO ANTONIO
INTRODUCCION:
Las infecciones ginecológicas en las pacientes pediátricas se ha convertido en un dolor de cabeza para los padres, quienes por desconocimientos, la mayor parte de las veces, no saben a quién acudir en busca de ayuda, y de forma paradójica este acontecimiento es el menos estudiado e investigado en los consultorios médicos, pues siempre existe la disyuntiva de ¿quién debe tratarla? El pediatra o el ginecólogo.

Trataremos en este artículo de llevar alguna luz para que así los padres puedan entender que muchos de los padecimientos ginecológicos acaecidos en edad de la niñez pueden llevar a trastornos posteriores, tales como la infertilidad que es la incapacidad de tener hijos por parte de la mujer, siendo la única causa de lo anterior: la ignorancia del problema en la mayoría de la población.

Por años hemos pensado que tras una infección ginecológica en la niña debe haber un abuso sexual y no estamos despistados; pero ello no es verdad absoluta y en la actualidad debe procederse a una investigación seria, responsable y respetuosa, pues muchas de estas infecciones ginecológicas pueden presentarse sin necesidad de contacto sexual.

Entre las patologías que el médico ginecológico debe investigar se encuentra las vaginitis comunes, que en ocasiones se pueden atribuir a varias causas poco especificas, tales como serían: el uso de baños de burbujas, mala higiene e irritación local. La infección ginecológica más común en la edad pediátrica es producida por las levaduras.

Hay factores que favorecen la presencia de la enfermedad tales como: uso de duchas vaginales, malformaciones genito- urinarias, condiciones socio- económicas inadecuadas y las características culturales propias de los padres.

Ahora bien, para los médicos es difícil conseguir un cuadro médico propio, producto de la inespecificidad de los datos de una infección genital, principalmente en la lactante, y por tanto quiere advertir a los padres a estar atento en sus niñas ante una paciente irritable, con llanto continuo y que básicamente concuerde con la presencia de irritación vulvar, eritema y ardor.

Otro dato llamativo ente el antecedente o presencia de aseo inadecuado al momento de la exploración, es la presencia de restos de materiales fecales a nivel vulvar y cuando lo encontramos le damos gran valor como dato para el diagnóstico.

El interrogatorio que se le hace a la madre debe ser complementado por el examen de los genitales de la niña que se hará siempre en presencia de la madre y de una enfermera auxiliar.

En última instancia si se requiere de una muestra Cerviño vaginal, recomendamos colocar una sonda de alimentación enteral infantil por la que se separa un centímetro de agua destilada y se aspirará con una jeringa colocada en la sonda para el estudio del cultivo.

Desde el punto de vista epidemiológico, en el ámbito mundial las cifras reportadas de infecciones genitales, consideran que un porcentaje importante son aquellas que son transmitidas predominantemente, o en forma primaria por contacto sexual; los casos de gonorrea, infección por chlamydia o por el virus de Papiloma Humano (VPH) son reportados hasta en un 71% de las niñas que han sufrido de abuso sexual.

En lo que se refiere al manejo de la infección genital en las niñas y más en aquellos casos en que se sospecha o se ha diagnosticado una infección por transmisión sexual, se requiere de la máxima cooperación de: ginecólogo, laboratorio y autoridades para iniciar la investigación lo más rápido posible.

Cuando se diagnostica una vaginitis su manejo es básicamente con medicamentos administrado por vía oral. Los medicamentos locales deben ser utilizados en el manejo de los genitales externos. Nosotros hemos utilizado aplicaciones tópicas, incluso intra-vaginales en las pacientes que cursan con vaginitis principalmente causadas por: levaduras, cándidas y Tricomonas.

El medicamento ideal es el Metronidazol usado de la forma siguiente: 15mg/kg/Día en 3 dosis durante 7 días y por vía oral pudiendo llegar a una dosis máxima de 2 mg por día. En caso de presencia de virus de herpes simples, principalmente en la infección primaria, se debe utilizar el Aciclovir de la forma siguiente: 80 mg/kg/día, vía oral, dividida en cuatro dosis (máximo 1.2gr/día durante 7 a 10 días).

Finalmente, debo decir que por conocimiento que tiene el ginecólogo de la anatomía y fisiología del aparato genital de la mujer, él es el llamado a diagnosticar y tratar las enfermedades ginecológicas en las niñas.

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