Mota favorece clases presenciales donde no se pueda dar de forma virtual, mientras que Santana sugiere cierre por dos semanas más.
Mientras continúa el debate en torno a mantener las clases presenciales en medio de la ola de covid-19 e influenza, las infectólogas Carmen Sarah Mota y Margarita Santana piensan que es necesario estudiar a profundidad la situación sanitaria del país y la de cada plantel educativo.
Mota entiende que cada recinto educativo vive una realidad particular, pero señaló que “la educación no debería detenerse”.
La doctora sostiene que aquellos centros que puedan dar clases virtuales, sus estudiantes cuenten con las facilidades y esté garantizado el cumplimiento de las metas educativas, que mantengan este modelo.
Mientras que, agrega, los recintos educativos que no posean la tecnología para la enseñanza remota o estén ubicados en localidades con poca conectividad, que abran sus aulas para las clases presenciales bajo un protocolo sanitario, dado que, según la doctora, “los niños responden bien cuando se les orienta”.
La especialista cuenta que en una ocasión, al principio de la pandemia, se le olvidó ponerse la mascarilla y un niño de unos cuatro años le insistió en que se la pusiera.
Recordó que los centros que abren sus puertas deben garantizar el distanciamiento, insistir en el uso de las mascarillas y asegurar la disponibilidad de agua y jabón o, en su defecto, gel desinfectante.
Cierre por dos semanas
A juicio de la doctora Santana, las clases presenciales deberían detenerse durante dos semanas mientras se espera una reducción en el pico de contagios.
Señala que durante ese tiempo se podría mantener la docencia virtual en los centros que tengan la capacidad para ello.
La especialista sostuvo que el Gobierno debería enfocarse en comenzar a vacunar a los niños de entre cinco y 11 años, para lo cual las autoridades aún no han definido una fecha.