Si usted es de las personas que considera que su pareja no debe saber en qué invierte su dinero o nunca le ha dicho cuánto gana realmente, puede estar cometiendo infidelidad financiera.

Estudios realizados en Estados Unidos señalan que seis de cada diez personas engañan a su esposo o esposa en temas financieros.

Las evidencias en este tipo de infidelidades van desde el hecho de negar que se haya comprado un par de zapatos hasta pedir que todos los estados financieros lleguen a su oficina y no a su casa.

El economista Carlos Arturo Guisarre, recomienda que la pareja sea sincera acerca del dinero, en la medida de la profundidad de la relación.

“En un noviazgo sin planes de boda, se puede ser reservado, ahora, en la medida en la que se acerca el matrimonio, es necesario que cada cual conozca la situación financiera exacta de su pareja”, explica.

Así mismo dice que los cónyuges con el hábito de ocultar sus estados tienen pocas probabilidades de éxito en su unión matrimonial, a menos que sus recursos sean cuantiosos.

En ese sentido, la psicóloga Liliana Jara, de CNN en Expansión, escribió sobre el tema explicando, entre otras cosas, que “cada vez que uno de los miembros de la pareja miente u oculta información, comete infidelidad y esa regla aplica por igual para la vida romántica, la sexual y la financiera. Es algo muy delicado que puede acabar con cualquier matrimonio”.

Asunto de poder. Tanto el dinero como el sexo son aspectos de la relación que están permanentemente atravesados por el ejercicio del poder, a veces de forma abierta y otras, más o menos encubierta. El dinero, que es sinónimo de poder en cualquier orden de la vida social, ejerce sobre los integrantes de una pareja la misma influencia: cualquiera que lo posea tiene la potestad de dar o quitar según su voluntad y puede usarlo para someter y manipular al otro. En este contexto, el que recibe, obviamente, queda en inferioridad de condiciones.

Guisarre asegura que es recomendable que los matrimonios unan también sus ingresos. De no hacerlo, al menos deben comunicarse con frecuencia y de manera efectiva acerca de sus finanzas personales y las responsabilidades múltiples en el hogar.

“En el matrimonio, ocultar gastos recurrentes que superen el 5 % es un acto de negligencia de la unión conyugal”, señala.

Fondo común. El economista recomienda la creación de un fondo común. Explica que esto ayuda a los matrimonios a administrar mejor sus diversos recursos en el desarrollo del hogar.

El engaño en las finanzas acarrea varias consecuencias, la más evidente no sólo es un rompimiento y divorcio, sino también un sobreendeudamiento.

“No imagino un matrimonio exitoso donde una de las partes oculta lo que gana y sus inversiones, a menos que haya un mutuo acuerdo verbal o escrito previo a las nupcias”, dice Guisarre.