Uno de los puntos “negros” que enfrenta el Gobierno en su último año    de gestión es el nivel de  inflación, que ha alcanzado el elevado nivel de 9.87% en base a cálculos anualizados al final de julio 2011, según afirmó el economista Henri Hebrard.

Precisa que aunque hayan bajado ligeramente los precios de los combustibles, todavía se encuentran muy por encima de inicio de este año.

Señaló que no se vislumbra que los precios del petróleo disminuyan por debajo de  US$80 por barril, ya que la tendencia es mantenerse entre US$90 y US$100 hasta diciembre.

 Sostuvo que los alimentos han empezado a reflejar los incrementos de los salarios y de la energía eléctrica.“Probablemente sigan subiendo los precios de los principales rubros de la canasta básica; entendemos muy difícil que la inflación pueda mantenerse debajo del 10%, a menos que se produzca un nuevo derrumbe de los precios del petróleo”, dijo.

Entre las consecuencias de una fuerte inflación, además del evidente impacto socio-político, citó que  no habrá espacio para bajar las tasas de interés.

Además, en  caso de que crezca el diferencial de inflación entre EEUU y  el país será necesario acelerar ligeramente el ritmo de devaluación (actualmente de  un 3.0% al año) para mantener la competitividad; esto tendrá por efecto el encarecimiento de los bienes importados.