La comisión que investiga las operaciones delictivas que realizaba en el país José David Figueroa Agosto ha recomendado la cancelación y sometimiento a la Justicia de un puñado de oficiales superiores y subalternos del Ejército Nacional, la Fuerza Aérea Dominicana y la Policía Nacional, por presunto contubernio con la red de tráfico de drogas encabezada por el puertorriqueño. Los investigadores afirman que su recomendación está soportada por abundantes evidencias.

La determinación pone de manifiesto que en el caso de que se trata ha mediado suficiente voluntad política para descontaminar nuestros institutos castrenses, la Policía y la DNCD, excluyendo de sus filas a quienes hayan faltado a la ética y los principios de sus respectivas instituciones. El esfuerzo es digno de reconocimiento, pues es absolutamente necesario tener respuestas adecuadas para la infiltración que el crimen organizado ha logrado en nuestras instituciones democráticas.

Pero el contubernio de militares y policías con grupos antisociales no es coyuntural. La seducción del dinero del narcotráfico logra con frecuencia que  gente cegada por la ambición material  traicione a sus instituciones y sirvan a propósitos malsanos. Así las cosas, es necesario que la voluntad depuradora sea inflexible y permanente.

Extremos no recomendables

El PRD ha anunciado su intención de no aprobar nuevos préstamos, ni reformas tributarias en el próximo período legislativo, ni rubricar acuerdos de gobernabilidad con el PLD. Se trata de una posición extrema que debería ser revisada en función de la  conveniencia o inconveniencia que para el país pueda tener un nuevo crédito, una revisión de la política fiscal o que las fuerzas políticas se unifiquen para sustentar la gobernabilidad de la nación.

Los partidos se deben a los pueblos y deben aspirar a jugar un papel ceñido a patrones nacionales, no de grupos. La posición ante un nuevo crédito debería ser determinada por la  utilidad de su propósito y las ventajas de sus condiciones. El endeudamiento para el desarrollo no es pecaminoso. Oponerse a priori a esto o aquello puede ser contraproducente, sobre todo si es la posición de un partido que, como es el caso del PRD, aspira a lo mejor para el pueblo dominicano.