Sorprende constantemente la enorme influencia que logran algunas personas en su comunidad y aun más cuando ella desborda los límites nacionales para sobresalir mundialmente como paradigmas. Seres humanos que han marcado un antes y un después, sea para el bien común o el mal, algunos por siglos y siglos.

En un planeta habitado por unos siete mil millones de personas es impresionante la diferencia que un individuo puede hacer y hace. Cada edad ha producido notables seres humanos que han trascendido y sus enseñanzas continúan actuales: Arquímedes, un aristócrata cuyo principio se estudia todavía 2,250 años después de su muerte, sus inventos rechazaron las invasiones romanas múltiples veces, muchos autores lo reconocen como el mayor científico de la antigüedad y uno de los matemáticos cumbre de todos los tiempos; Euclides, vivió en Alejandría y dirigió su afamada biblioteca, donde publicó su geometría que se estudia hoy en el bachillerato dominicano con el título de Geometría Plana, por cierto, también se estudia en otros países como Inglaterra; Pitágoras, y qué de Sócrates que nunca escribió una línea.

Piense en la literatura sin Cervantes, Shakespeare, Goethe, Calderón de la Barca, Tirso de Molina o más recientemente Gabriel García Márquez. ¿Sería la pintura de hoy igual sin Picasso o Pollock? O la Arquitectura sin las increíbles contribuciones de Michelangelo, Bernini o Leonardo Da Vinci o  en nuestros años: Oscar Niemeyer, Le Corbusier, Paul Gehrig.

¿Hubiera la ciencia progresado como lo ha hecho si Galileo Galilei no trilla el camino del método científico, sin sus numerosas pruebas experimentales? Qué tal de las contribuciones de Isaac Newton, a partir de quien la Física se denominó Física newtoniana; Albert Einstein, cuya nueva visión de la gravedad abrió las puertas de un universo diferente, su empecinamiento con una teoría única parece haber encontrado resonancia en la Teoría de las Cuerdas; Werner Schroedinger o Richard Feynman, con sus Teoría Cuántica y Electrodinámica Cuántica, respectivamente, y las nuevas rutas de la Física.

Lastimeramente las extraordinarias influencias individuales también han hecho presencia en el mal, recordemos las terribles historias de Hitler, Stalin o Mao; afortunadamente cada uno de ellos han tenido sus contrapesos: Konrad Adenauer, en Alemania; Mikhail Gorbachev, en la Unión Soviética y Deng Xiaoping. ¿Sería China hoy la segunda potencia económica sin las valientes e inteligentes decisiones de Xiaoping?

Y qué decir de Mahatma Gandhi posiblemente uno de los hombres más importantes del segundo milenio. Sus logros en la India hablan por sí solos. Aun si Gandhi no hubiera contribuido esa energía vital y liderazgo al país que lo vio nacer, su enorme impacto en pacifistas de la talla de: Nelson Mandela, en África del Sur, y Martin Luther King, en los Estados Unidos de América, fuera suficiente para elevarlo sobre el resto de los mortales.

A pesar de los laudables esfuerzos que hacen los científicos sociales destacando los patrones de comportamiento humano, resulta cuasi incomprensible el impacto que logran algunos individuos geniales o perversos, trabajando contra toda probabilidad. Recordemos las palabras de Margaret Mead, notable antropóloga, según la cita Hodward Gadner: “Nunca dudes que un pequeño grupo de juiciosos ciudadanos comprometidos pueden cambiar el mundo; ciertamente, es la única cosa que alguna vez lo ha hecho.”

En algunos artículos hemos destacado la importancia de concentrarse en los asuntos fundamentales, los temas dominantes, los troncos en lugar de las ramas que se derivan ellos y que pueden obstaculizar la clara visión del bosque, resueltos esos, los demás caerán de por sí o más fácilmente. Quizá lo principal de la influencia individual trascendente es que esas personas, además de una preclara inteligencia, han sabido usarla para distinguir y enfocarse en los temas de sus especialidades, en ocasiones de apariencia minúscula pero que han sido como el hilo de la madeja, tirando de éste van señalándose nuevas rutas en las ciencias o las artes.