Infodemia del coronavirus

Infodemia del coronavirus

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha acuñado el término infodemia a manera de símil al inglés fake news; con él ha querido referirse a una nueva epidemia basada en la propagación por las redes sociales de noticias falsas que generan alarma y pueden alterar negativamente la convivencia social. También aplicó el vocablo para referirse a la cantidad de informaciones que se vierten a propósito de la actual pandemia. Estamos inundados de propuestas milagrosas de terapia para el Coronavirus. Para la clase médica la situación se torna bastante compleja y sumamente delicada desde el punto de vista ético.
Los hábitos de la sociedad de consumo ha permeado la práctica de la medicina con un aceleramiento exagerado en los últimos cincuenta años. Me referiré específicamente a la industria farmacéutica. Ya no hay manera de atender a una persona en un consultorio sin que salga con una receta directamente para la farmacia. A manera de anécdota narro casos de pacientes que al fin del examen se les hacen las recomendaciones de lugar y si éstas no van acompañadas de unas ordenes medicamentosas preguntan con disgusto: ¿doctor y no me va a recetar inyecciones para mi malestar?
Ubiquémonos en la realidad actual dentro de una unidad de cuidados intensivos hospitalaria. Sabemos que aún no contamos con una probada medicina que cure el Covid-19. Los facultativos sienten la presión social y familiar de administrar algún tipo de paliativo a un enfermo de cuidado. Las ciencias médicas obligan a llevar a cabo todo un protocolo que tiene distintas fases de pruebas experimentales antes de que X fármaco pueda ser aprobado para uso terapéutico. La Hidroxicloroquina es un medicamento que se ha venido usando sin que tales requisitos se hayan cumplido.
El 7 de mayo de 2020 un grupo de 12 investigadores, encabezados por el doctor Neil W. Schluger de la división de afecciones pulmonares, alérgicas y medicina crítica de la Universidad de Columbia y el Hospital Presbiteriano de Nueva York, publicó un estudio observacional de 1376 pacientes con Covid-19 que ameritaron cuidados intensivos. 811 de éstos recibieron el fármaco Cloroquina, en tanto que a los restantes 565 no se les administró dicho medicamento. Los resultados finales del trabajo de investigación clínica fueron sometidos a pruebas estadísticas analítica de múltiples variables obteniéndose cifras de recuperación, complicaciones y decesos prácticamente similares en ambos grupos de enfermos. Como resultado de dicho estudio las guías clínicas hospitalarias fueron actualizadas, removiendo de ellas la sugerencia de que los pacientes víctimas de la pandemia sean tratados con Hidroxicloroquina.
Esta investigación científica fue revisada y aprobada para su publicación en la revista The New England Journal of Medicine, en su número correspondiente al jueves 7 de mayo de 2020. No se trata de un estudio enviado a las redes sociales, ni presentado en una reunión auspiciada por una compañía farmacéutica. En el mismo tampoco se habla de maleficios, ni beneficios que mostraran diferencias significativas en los dos grupos comparados.
Las quejas y preocupaciones del primer mandatario del México lindo y querido son las mismas que agobian a mucha gente de todos los confines del mundo. Es tan fácil subir fotos, documentos, música y vídeos y recetas sin que medie ningún criterio moralista ni ético. Nos sentimos a la misericordia tecnológica esperanzados en que se genere un antídoto que contrarreste el veneno que a cada nano segundo se nos inyecta en la red.

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