Información para una atención
adecuada de salud FORMUS

Información para una atención<BR>adecuada de salud FORMUS

Por  Teresa Aguilasocho de Guerra
En los últimos 20 años se ha demostrado con creces que la persona con síndrome de Down que disfruta de una buena integración familiar y social y que cuida de manera eficiente su salud fÌsica y mental, tiene muchas mas posibilidades de llegar a ser una persona sana y equilibrada, de desarrollar sus capacidades en y para una vida normalizada, de vivir una vida plena y de tener un sentido de pertenencia que le conlleve a ser un ciudadano común.

Oidos / Audición

La constitución anatómica de las personas con síndrome de Down predispone a patologías las cuales con un esquema preventivo y seguimiento adecuado tiene como resultado un buen pronóstico para la calidad de vida de los mismos.

La infección de vías respiratorias altas (faringe, laringe, amígdalas, oídos) es una entidad frecuente y recurrente en las personas con síndrome de Down en los primeros años de vida, de tal manera que pueden cursar con periodos de disminución auditiva, la cual puede ser intermitente o crónica.

La pérdida auditiva de las personas con síndrome de Down es una tarea importante en el desarrollo de las mismas; los recién nacidos y los niños pueden tener una pérdida sensorioneural, una pérdida de conducción(a nivel de oído medio), o ambas a la vez. A todos los niños con síndrome de Down se les debe explorar la audición dentro de los primeros tres meses de vida, si es posible. El método más adecuado es la medición de las respuestas auditivas en el tronco cerebral, lo que se conoce como respuesta evocada auditiva del tronco cerebral (potenciales evocados). La prueba solicitada en el recién nacido es un tamizaje auditivo, y a los seis meses de vida potenciales evocados. Después de los 12 meses puede ser apropiada la audiología de carácter conductual, la cual se realizará los primeros tres años de vida cada seis meses y posteriormente cada año.

Es común que presenten conductos auditivos muy estrechos o pequeños, por lo que se puede presentar la dificultad de una exploración adecuada.

Todo niño con síndrome de Down que tenga una prueba de audición o tímpanograma anormales, se buscará agresivamente las causas de pérdida auditiva susceptible a tratamiento ya sea mediante antibióticos, tubos de timpanostomía si están indicados (tubitos en la membrana del tímpano).La acumulación del moco en el oído medio puede presentarse desde la etapa neonatal (primeros 28 días de nacido) y un cuidado otológico adecuado puede minimizar las consecuencias que tiene una mala audición en desarrollos posteriores.

Ojo / Visión

Para el desarrollo de la percepción visual(a nivel cerebral) es indispensable tener el ojo sano, así que al nacimiento se debe descartar la presencia de catarata congénita (opacidad del cristalino), la cual puede inducir a una pérdida de visión si no se detecta y trata. El nervio óptico continúa su desarrollo aun después del nacimiento, y para ello es necesario los estímulos luminosos, y en caso de que existiera catarata esto no sería posible.

Las exploraciones de rutina han de empezar a los seis meses si al nacimiento no existió alteración, continuándose cada año o cuando sea necesario. Las alteraciones detectadas desde el nacimiento hasta la edad adulta son, catarata, obstrucción de los conductos lacrimonasales, nistagmus, errores de refracción, keratocono y de nuevo catarata en la edad adulta.

Hormona Tiroidea

La incidencia de enfermedad tiroidea está claramente aumentada en las personas con síndrome de Down a cualquier edad. Tanto para el crecimiento como para el desarrollo y funcionamiento cognitivo es necesario niveles normales de hormona tiroidea. La evaluación de TSH y T4 cada seis meses los primeros tres años de vida y posteriormente cada año nos orientan un adecuado nivel de hormona tiroidea. El hipotiroidismo es una entidad frecuente la que se puede presentar en forma subclínica. Son frecuentes las situaciones de autoinmunidad en las personas con síndrome de Down, por lo que es necesaria la solicitud de anticuerpos antitiroideos en edad escolar para descartar una tiroiditis.

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